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Marcaban las 21:45h en el reloj y algo decía que la noche del sábado 20 de julio sería muy diferente. El Teatro Egaleo de Leganés se iba llenando de gente. Apenas quedaba media hora para que empezara el concierto y el recinto ya se presentía el lleno. La barra de consumiciones se había duplicado a ambos lados en esta ocasión, y en ningún momento en toda la noche se dejó de hacer caja.
Una noche en la que ningún espectador quedó insatisfecho
Se apagaron las luces y el concierto arrancaba con un tema mítico de AC/DC. Esto hizo que el público fuera calentando motores para acto seguido disfrutar de lo que estaba a punto de comenzar.
De fondo, un audio muy poético centrado en el paso del tiempo, repasaba las canciones que más tarde sonarían ('Lejos', 'Náufrago', 'Arrepentido').
La referencial banda de rock/metal vuelve a primera línea de actualidad presentando su último disco
Sôber ha presentado 'La Sinfonía del Paradysso' en Las Lunas del Egaleo. Su versión orquestal ha hecho vibrar a los asistentes en referencia al mismo disco que lanzaron en el 2002: “Tu complicidad me hace pensar en almas de un refugio, tu mediocridad aconsejar toda mi vida en algún lugar. Somos libres y formamos parte de un mismo sueño, como náufragos de corazón visionarios, lejos del hogar caminando por un desierto nos guía la estrella polar: Paradÿsso, tus cenizas las mías en la capsula del tiempo vivido hacia la eternidad. Paradÿsso, Paradÿsso eres tú. ¿Cuál es tu nombre, arrepentido? Sabrías decírmelo, tu nombre es Paradÿsso.”
Los aplausos interrumpieron fuertemente la presentación cuando Carlos Escobedo (voz y bajo), Jorge Escobedo, Antonio Bernardini (guitarras) y Manu Reyes (batería) tomaron sus puestos en el escenario, arrancando con fuerza “Animal” (2002).
Un espectáculo digno de presenciar
Carlos Escobedo no había empezado aún a saludar, cuando el público ya se agrupaba frente del escenario. A sólo un gesto con la mano ya había puesto al Egaleo en pie, prometiendo una noche inolvidable.
Seguidos de temas como “Blancanieves”, no fue sino hasta “Eternidad”, cuando la sinfonía de la orquesta daba comienzo, los violines y los metales tomaron protagonismo, en consonancia con las eléctricas, el bajo y la batería, que en ocasiones se coordinaba al ritmo de las proyecciones de la pantalla.
Sôber ha sabido captar con su rock metal alternativo a toda una generación, siendo la banda sonora de la misma
Se fueron sucediendo así los temas con letras nostálgicas, profundas y poéticas a un ritmo cada vez más rockero que levantaba a los espectadores y les ponía a bailar. Temas como “Lejos” nos hicieron cantar.
Un más que conocido “Náufrago” subió al escenario a “los amigos de Diversitas”, un movimiento en apoyo al talento en las personas que forman parte de la diversidad social, apostando por la inclusión.
Cuando ya se iba acercando el final, en un momento determinado, el público se quedó confuso ante un parón sin saber si ir pidiendo ya la última. Coreamos a la orquesta, que se mantenía en posición dando a entender que el concierto no se acababa aún.
Todo el público se quedó atónito cuando vieron que Carlos aparecía por detrás del teatro, e iba cantando entre el público “Estrella Polar”, otro gran éxito de Vulcano (2016). Para ir acabando, no podían faltar “Arrepentido”, tan potente y desgarrado, seguido de “Mis cenizas” y “Diez años” gran éxito con el que pudimos ver como el público se deshacía entre silbidos y aplausos.
Para terminar, y ya sin lugar a dudas, cantaron volviéndose locos por todo lo alto, en referencia a la canción. La formación, hasta el momento mantenida, se rompía, apareciendo algún que otro violín cruzándose de un lado al otro del escenario. Unas púas volaron y a pesar de los esfuerzos de un público cada vez más crecido, Sôber se despedía definitivamente no sin antes inmortalizar el momento ante todo el Egaleo.
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