Aumenta la tensión en la frontera de Ceuta

La escalada de tensión entre Madrid y Rabat dificulta en Ceuta la vuelta a la normalidad. Al bloqueo impuesto por Marruecos a la devolución de sus nacionales desde la ciudad autónoma se suma el reto de acoger a casi 1.000 menores que entraron en España durante los dos días más tensos de la crisis fronteriza y que no quieren regresar.

Las fuerzas marroquíes han impedido que decenas de jóvenes se lanzaran al mar con la intención de llegar a Ceuta pero la mayoría de las familias que han estado buscando a sus hijos durante días rechazan ahora su vuelta a Marruecos y prefieren que se queden en España.

Las comunidades autónomas han aceptado acoger a unos 200 menores tutelados

El problema es que el Ejecutivo local carece de infraestructuras para atender a los recién llegados. Marruecos ha utilizado las dificultades burocráticas de llevar a cabo las reagrupaciones de los menores, que no pueden hacerse sin el consentimiento de padres e hijos, como arma arrojadiza contra España.

En un comunicado conjunto de los ministerios marroquíes de Exteriores e Interior, se atribuye “la lentitud” del proceso a “los complejos procedimientos de algunos países europeos”. También se acusa a Madrid de utilizar la cuestión migratoria, incluidos los menores, como “coartada” para eludir las causas de la crisis con Marruecos y en cuyo fondo subyace la postura de España sobre el Sáhara Occidental, según el ministro de Exteriores, Naser Burita.

Concentración en Castillejos

Numerosos jóvenes se concentraron en el entorno de la población de Castillejos (distante unos dos kilómetros de la frontera), lo que obligó a intervenir a la policía marroquí mientras que la Guardia Civil de Ceuta se desplegaba en la frontera.

Desde que se produjera la entrada masiva de personas en las jornadas del 17 y 18 de mayo no se había registrado ningún intento de acceso ilegal a Ceuta hasta la tarde del lunes.

Mientras tanto, la presión continúa en el puerto ceutí donde esta semana han sido sorprendidos tres marroquíes que pretendían llegar a nado al casco de uno de los barcos de pasajeros que cubren la ruta con Algeciras (Cádiz).

Entre el 17 y el 19 de mayo, Marruecos decidió dejar que miles de personas cruzasen a nado o sorteando los espigones limítrofes con Ceuta hacia la ciudad.

Murieron tres personas, uno de ellas posiblemente un menor

Entre 2.000 y 3.000 niños, niñas y adolescentes consiguieron entrar solos. Muchos han sido devueltos, en caliente, expulsados tras pasar uno o dos días en la ciudad o han regresado voluntariamente.

Solo en el caso de que un menor manifieste voluntad de volver, se podría estudiar, el retorno solo puede ser voluntario. Sin embargo, el consentimiento, por parte del menor y de los padres constituye un escollo.