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Tokio, 14 sep (EFE).- Los futbolistas españoles Andrés Iniesta y Fernando Torres son los máximos exponentes de la revolución financiera y deportiva que atraviesa la liga nipona, alimentada por un aumento de la asistencia a los estadios y jugosos contratos televisivos.
Aunque era un secreto a voces, el fichaje de Iniesta por el Vissel Kobe sorprendió a muchos cuando fue anunciado oficialmente este verano tras semanas de rumores, al igual que la incorporación de Torres al Sagan Tosu, puesto que ambos tenían ofertas de clubes europeos o de la Superliga china, conocida por su poderío económico.
Y es que se trata de dos refuerzos que disparan el nivel futbolístico y económico de una competición que, tras acoger a muchas estrellas extranjeras en los noventa, apenas contaba ya con jugadores con tirón internacional, aunque eso no ha sido impedimento para crecer en los últimos años, especialmente en lo financiero.
La J-League ha logrado incrementar la asistencia a sus estadios de forma sostenida en el último lustro hasta situarla en un promedio unos 19.000 espectadores en 2017, mientras que sus ingresos totales se situaron ese año en 26.767 millones de yenes (206 millones de euros), el doble que en 2016, según datos de la organización.
Esto se debe sobre todo a la venta de derechos de televisión a cadenas domésticas y a la plataforma de retransmisión en línea DAZN, que aportó a la J-League 5.500 millones de yenes (42,3 millones de euros) en 2017 en el marco de un contrato firmado hasta 2026 por valor de 2.000 millones de dólares (1.719 millones de euros).
Tamaña inyección de dinero ha hecho posible que clubes con modestos presupuestos puedan permitirse los sueldos de Iniesta (unos 25 millones de euros anuales, un salario récord en Japón) y de Torres (entre 3,8 y 6 millones de euros), según los detalles contractuales desvelados por los medios nipones.
Detrás del fichaje de Iniesta también está el multimillonario propietario del Vissel Kobe y del gigante del comercio electrónico Rakuten, Hiroshi Mikitani, quien condujo personalmente las negociaciones y trajo al centrocampista manchego a Japón a bordo de su jet privado.
La llegada de estos dos exjugadores de la Roja ha generado una enorme expectación en Japón, donde sus rostros son omnipresentes en los medios, anuncios publicitarios o redes sociales, mientras que los estadios donde juegan suelen rozar el lleno, ya sea en casa o como visitantes.
Un análisis económico llevado a cabo por el profesor Katsuhiro Miyamoto, de la Universidad de Kobe, estimó el impacto de la llegada de Iniesta al club del centro de Japón en casi 10.000 millones de yenes (unos 77 millones de euros).
Este economista calcula que los ingresos por venta de entradas del Vissel Kobe aumentarán esta temporada un 20 por ciento, y que el club facturará unos 100 millones de yenes (77.000 euros) solo con la venta de camisetas con el mítico dorsal "8" y otros productos de mercadotecnia.
Más allá de lo financiero, en Japón esperan que Torres e Iniesta contribuyan a la proyección internacional de la J-League, a promover el fútbol entre los jóvenes e incluso a convertir al país asiático en una potencia mundial de este deporte a largo plazo, según dijo el presidente de la competición, Mitsuru Murai, en un reciente encuentro con los medios.
Antonio Hermosín
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