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Washington, 23 ene (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó hoy que vaya a haber "una guerra comercial" en represalia a su decisión de imponer aranceles sobre las importaciones de placas y células solares, así como a las lavadoras domésticas, en gran parte procedentes de Asia.
"No habrá una guerra comercial", remarcó Trump en el acto en el que firmó los nuevos aranceles, que serán del 30 % a las placas y células solares importadas y del 20 % sobre las grandes lavadoras domésticas, en referencia a las posibles represalias que puedan tomar en respuesta socios comerciales como Corea del Sur o China.
Trump subrayó que las únicas consecuencias "serán incrementos en el valor de las acciones que están radicadas en este país" y "habrá más gente que consiga buenos trabajos de nuevo".
La medida, agregó, "respalda el principio de comercio justo y demuestra al mundo que no se podrá aprovechar más de Estados Unidos".
Ambas tarifas, que se irán reduciendo progresivamente durante los próximos tres años, buscan aumentar los costes de las importaciones baratas, sobre todo de Asia, y equilibrar la situación para quienes fabrican este tipo de piezas en Estados Unidos.
Tanto Corea del Sur como China, de donde procede gran parte de estos productos, han criticado la decisión de Trump, al asegurar que acabará dañando la competitividad de la economía estadounidense y provocará un encarecimiento de los precios.
La Asociación de Industrias de Energía Solar previó la pérdida de aproximadamente 23.000 empleos en Estados Unidos este año debido a estas tarifas, así como la demora o cancelación de "miles de millones" de dólares en inversiones solares.
Las palabras de Trump se producen poco antes de que viaje al Foro Económico de Davos (Suiza), tradicional punto de encuentro de la élite empresarial y económica mundial y defensor del libre comercio y la globalización.
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