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Los colores tienen funciones mucho más allá de lo meramente estético. También pueden ser herramientas que nos ayuden con el ahorro energético aunque no lo parezca. Actualmente nos encontramos sumergidos en busca de soluciones efectivas que nos ayuden a tener un consumo más sostenible y responsable de los recursos, y la energía ha cobrado un especial protagonismo debido a la dependencia y la crisis energética por la que estamos atravesando.
Un uso inteligente de los colores para el ahorro energético
Seguramente si has viajado por el sur de España, te has quedado maravillada/o por la belleza de algunas ciudades y pueblos cuyas construcciones se encuentran enteramente vestidas de blanco. Si te has preguntado el porqué y no has conseguido respuesta, te desvelamos el secreto: la climatización de los edificios. Antes de que existiesen aires acondicionados o calefacción, la gente tenía que buscar otros métodos para la climatización, ahora se busca aplicar estos métodos para el ahorro energético.
Pero, ¿Cómo puede influir el color de las paredes de un edificio en su climatización? Es sencillo y está relacionado con las funciones que tiene el color. Los colores, además de 'bonitos o feos', también tienen como función la captación de luz solar, lo que se traduce en calor o energía. Seguramente recuerdes estos conceptos básicos del colegio, ya que en el aula es donde nos explicaban que los colores más claros, como el blanco o el beige, proyectaban luz, es decir, la repelen. Mientras que los colores más oscuros, como el negro o el marrón la absorben y concentran.
Por eso las placas solares suelen ser negras, para captar toda la luz posible, y por eso las casas en el sur son blancas, para proyectar la luz y evitar la acumulación de calor dentro de las viviendas. Pero, ¿Qué tiene que ver esto con el ahorro energético? Mucho. Si lo que buscamos es tener un ahorro energético, podemos utilizar las características del color a nuestro favor, generando infraestructuras que cuenten con colores adecuados, según sus características climáticas, para contrarrestar sus efectos y lo mejor de todo es que también se puede aplicar en interiores.
Regular el interior a través de los colores
El interior de nuestras casas, nuestros espacios de trabajo, e incluso nuestros coches, también se ven influidos por el color y sus capacidades. Si buscamos métodos que nos ayuden al ahorro energético, podemos utilizar el poder de los colores a nuestro favor. Por ejemplo, si vivimos en zonas muy calurosas, podemos optar por los tejados y techos de colores claros, así como paredes de las mismas tonalidades, o más neutras si queremos darle un toque de estética. Por otro lado, en zonas con un clima más frío, se recomendarán los suelos oscuros y alguna que otra pared con estas tonalidades, para retener más calor en la estancia.
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