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La lucha contra el coronavirus se ha convertido en la prioridad de la industria farmacéutica, que se está volcando en desarrollar vacunas, tratamientos y tests diagnósticos. Sin embargo, el desarrollo de la tan ansiada vacuna, se apoya principalmente en la financiación de los gobiernos. Lo bueno se hace esperar pero en este caso, las fuerzas políticas están tratando de acelerar un proceso que habitualmente tarda diez años y consume una inversión mínima de unos 25.000 millones de dólares.
Cuatro grandes laboratorios producen ahora dos tercios de las vacunas que se administran en el mundo: GSK, MSD, Pfizer y Sanofi.
Fabricar vacunas obliga a manipular virus y bacterias vivos, con lo que es más complejo que fabricar medicamentos. Además, se venden a los sistemas nacionales de salud, con lo que el precio es muy bajo.
El propósito de los gobiernos es tener una vacuna en diciembre. Un objetivo poco probable.
Las pruebas de las vacunas contra el coronavirus ya han comenzado y arrojan sus primeros resultados
Tanto el equipo de la Universidad de Oxford de la vacuna contra el nuevo coronavirus, como la china CanSino han publicado sus primeros resultados en la revista The Lancet. Sobre una muestra pequeña de voluntarios, demuestran eficacia.
La vacuna de la Universidad de Oxford (llamada ChAdOx1), inyectada en 543 individuos, aporta alguna novedad respecto a sus homólogas en China o Estados Unidos. El equipo investigador ha medido no sólo la respuesta natural del organismo en forma de anticuerpos. Ha medido también la respuesta de otro tipo de defensas: las células T.
Como explicaba Newtral.es aún no se ha determinado la correlación inmune para la protección contra el SARS-CoV-2. La inmunización con esta vacuna da como resultado una inducción rápida de respuestas inmunes tanto humorales (antocuerpos) como celulares (linfocitos T de las defensas).
No hubo efectos secundarios graves de la vacuna de Oxford, más allá de fatiga o ese dolor de cabeza.
La carrera por la producción antes de otoño
Existen ya 140 proyectos, y la carrera de la vacuna contra el coronavirus, iniciada realmente en abril, puso a Reino Unido a la cabeza cuando anunció que produciría viales de su candidata de Oxford antes de probar sus eficacia y seguridad.
GSK, Pfizer, Sanofi y MSD son el 66% de un mercado de 35.000 millones de euros
Según el estudio de los investigadores de la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations también publicado en The Lancet, acabar la fase 2 de los ensayos clínicos para desarrollar una vacuna cuesta de media unos 3.000 millones de dólares, con un rango que va de los 1.200 millones a los 8.400 millones.
Esta cifra se multiplica varias veces por el coste de la fase 3, que en vacunas típicamente requiere más participantes que en medicamentos (más de 20.000 pacientes frente a unos 3.000).
Los gobiernos de los grandes países, luchan cada día para adelantar a las compañías la financiación que necesitan. Por ejemplo, la operación Warp Speed lanzada por Estados Unidos ha concedido ya 2.100 millones de dólares al consorcio formado por Sanofi y GSK; 2.000 millones al consorcio Pfizer y BioNTech; 1.600 a Novavax; 1.200 millones AstraZeneca y la Universidad de Oxford y 1.000 millones a Moderna, entre otros.
En Europa, la CE usará 2.700 millones de dólares del nuevo fondo de emergencias para el mismo propósito . Y Francia, Alemania, Holanda e Italia han firmado un acuerdo similar con AstraZeneca y Japón con Pfizer.
Por su parte, el precio al que será accesible la vacuna está ya en el centro del debate político.
La contrarreloj en la carrera por la vacuna contra el coronavirus se ha convertido en una pieza clave del el tablero geopolítico mundial. Y tú, ¿estarías dispuesto a pagar un elevado precio por la vacuna contra el coronavirus?
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