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Valencia, una ciudad en la costa este de España, es conocida por su rica historia y su belleza arquitectónica, pero también es conocida por ser la primera ciudad de Europa en tener agua potable durante la época medieval.
El sistema de suministro de agua de Valencia fue una innovación importante en su época y contribuyó al crecimiento y desarrollo de la ciudad.
Y es que nos encontramos ante un recurso clave, ya que teniendo su control, se podían evitar la expansión de enfermedades que se transmiten por ellas.
Motivos por los que Valencia fue pionera en agua potable
- El crecimiento de su población urbana, por la industrialización de las ciudades muchas personas abandonaros la vida y el trabajo en el campo, para mejores condiciones de vida.
- Este incremento empeoró las condiciones higiénicas que los recursos precarios podían ofrecer.
- La situación geográfica no contribuía a una buena calidad del agua, por la cercanía con el mar y la llanura del terreno, se complicaba la canalización.
Es en este contexto donde sale la figura de Mariano Liñán, canónigo ilustrado y convencido de la mejora de los servicios públicos de Valencia, ciudad natal.
Y aunque falleció antes de sacar el proyecto adelante, dejo escrito en su herencia que se destinaría una gran cantidad para la época a la construcción de una planta potabilizadora que suministrase agua a la ciudad de Valencia, y así se gestó La Presa, la potabilizadora de Manises.
Con el paso de la historia y demás acontecimientos, se llegó a la creación de una comisión conjunta que implicaba al Ayuntamiento a la Sociedad Económica de Amigos del País y al hermano de Liñán, como administrador de su herencia.
Solicitando los permisos pertinentes a la entonces reina Isabel II con el fin de empezar unas obras de gran envergadura, se creó la Sociedad Valenciana de Conducción de Aguas Potables S.A, iniciándose la construcción de la presa en el Río Turia, una planta de tratamiento y una red de distribución.
En 1845 se empezó la construcción del azud de La Presa, la balsa de decantación y un acueducto. El agua era conducida al Depósito General de la Cruz de Mislata (actual Museo Histórico de la Ciudad de Valencia), en la zona extramuros. Desde allí partían las primeras cañerías de agua potable, cuyo abastecimiento emergía finalmente en seis fuentes urbanas.
El Siglo XX marco el antes y el después de la Presa de Manises
La llegada de una nueva época fue la modernización de la Presa de Manises, pues fue entonces cuando el Ayuntamiento de Valencia dio luz verde a la propuesta de Aguas Potables y Mejoras de la ciudad, otorgando una concesión a 90 años.
Estas obras concluyeron la construcción de una serie de innovaciones, que fueron el símbolo del avance tecnológico del que vendría acompañado el nuevo siglo.
Todo los procesos de la historia han permitido que la planta de La Presa de Manises de Valencia, sea una de las potabilizadoras más punteras en España, y todo ello nos deja claro que nos encontramos ante un momento histórico en los servicios públicos de higiene, ya que se situaron como foco y preocupación de los gobiernos por la seguridad y la salud de los ciudadanos.
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