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La gran fiesta del cine español recuperaba su brillo habitual este fin de semana, deslucido el año pasado por las restricciones derivadas de la pandemia de SARS-CoV-2, que obligaron a realizar la entrega de los premios Goya ante un auditorio sin público.
Entre los aspirantes a protagonizar la noche, la película Valentina, ópera prima de la productora ferrolana Chelo Loureiro, del género de la animación.
Sin optar al galardón, pero con los mismos nervios que los nominados, e incluso puede que con más ilusión, esperaban la gala Lucía Serén y Pepa Lockhart, las dos adolescentes gallegas con síndrome de Down que ponen voz a la protagonista de la cinta de Loureiro.
Goya a la mejor película de animación
Y entre 'cabezón' y 'cabezón', la película Valentina, se convirtió en la noche de este sábado en la ganadora del premio Goya a la "Mejor Película de Animación", un galardón recogido por la propia Loureiro y buen parte de su equipo. La cinta ha superado a “Gora automatikoa”, “Mironins” y “Salvar el árbol (Zutik!)”.
Hace dos años, los promotores de este trabajo cinematográfico, que ha contado con el apoyo de Fundación ONCE, contactaron con Down Galicia en busca de personas candidatas para convertirse en la voz de Valentina. Finalmente, eligieron a Lucía Serén y Pepa Lockhart.
La directora, Chelo Loureiro, declaró este domingo a Servimedia que “mucha gente” le animaba a que utilizará actrices sin discapacidad pero ella lo tenía claro, "¿acaso no estamos hablando de inclusión?”.
“Ensayamos mucho con ellas antes del trabajo de doblaje para que cogieran confianza. Tenían que memorizar e interpretar y eso no es fácil. Y son niñas, tengan o no discapacidad, son niñas no actrices. Lo mejor de la película son ellas”, señaló la directora.
Sostiene que la inclusión pasa por la normalización. “Mi hermana tiene discapacidad y he sido y soy muy consienciente de los hándicap que tiene que superar, sobre todo fuera de casa porque dentro, con la familia, se normaliza”, relata.
La directora sabe que “con una película no podemos cambiar el mundo pero es una gota más”. “Hemos recibido gran cantidad de cartas de familias, de niños con síndrome de Down, de críticos que dicen que les hace reflexionar. Con que valga para eso la película, para reflexionar todos, estará bien”, añadió.
“Cuando acabamos la película", continuó, "todos lo que participaron me decían que lo mejor ha sido conocerlas a ellas porque les ha hecho cambiar la mirada y el trato hacia estas personas. Muchas veces, por desconocimiento o pudor ,no saben como tratarles. Fue una experiencia muy enriquecedora”.
En Valentina, la productora ferrolana, referente en la animación española, pega un guantazo, con la mano abierta, a las etiquetas
La película, en cuyo guion también ha trabajado Lúa Testa, cuenta la historia de una niña que sueña con convertirse en trapecista. Es la primera historia de animación de una niña con síndrome de Down. Un cuento musical sobre la inclusión y la diversidad inspirado en una historia personal de la directora.
“Mi hermana enfermó de polio cuando era muy pequeña. Al principio no fui consiente de lo que suponía aquello para ella, hasta que empecé a salir a la calle con ella y nos empezamos a topar con las miradas ajenas. Me di cuenta del trato diferente que recibía, juicios injustos que cortaban sus alas”, recuerda para RTVE.
Loureiro se basó en aquella vivencia y en la de muchos otros niños que conoció cuando iba a visitar a su hermana al hospital. “Ahora que el tema de inclusión está más presente, pero sé que aún queda mucho por hacer y concienciar. Las niñas que han puesto voz a Valentina, que también tienen síndrome de Down, me contaron cosas que me ponen los pelos de punta. Los niños que consiguen superar las barreras sociales siguen siendo contadas excepciones”, explica.
Una película con alma que también pretende ser pedagógica
Porque Valentina no habla de la discapacidad, sino desde ella, para tratar temas universales como la diversidad, la infancia, la amistad y los sueños.
Tenemos que aprender a hablar más de capacidades, desde lo que suma. Todos tenemos discapacidades, solo que muchas veces no se pueden ver y eso es injusto para quien no puede evitar mostrarlas. Si esta película vale para reflexionar y hablar en casa sobre ellos y ayuda a tener otra mirada diferente, ese sería el verdadero Goya.
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