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La danza es sentimiento y eso lo saben a la perfección los integrantes de Verdini Dantza Taldea, un proyecto que nace impulsado por el interés de la bailarina y coreógrafa Isabel Verdini por desarrollar un trabajo físico y artístico con las personas con diversidad funcional.
La historia de este grupo de danza donostiarra va ligada a una promesa. La que la bailarina realizó a su hermana cuando nació su sobrina Haizea, hace 26 años. La niña tenía síndrome de Down y ella prometió que se encargaría de que tuviese las mismas oportunidades y sueños que los demás.
La compañía ha ido alternando sus producciones con la participación y organización de multitud de eventos a nivel local, nacional e internacional. Su labor ha sido distinguida con el Premio a la Solidaridad de la ONCE (2006) y con la Medalla al Mérito Ciudadano de San Sebastián (2008).
La participación del grupo donostiarra en el programa 'The Dancer' de TVE es un muro más que ha conseguido derribar a base de mucha entrega, trabajo y esfuerzo.
"Nos hemos sentido muy queridos, arropados y sobre todo bailarines, porque todos tenemos que tener derecho a las mismas ilusiones y a los mismos sueños". Este era el alegato final que realizaba Isabel, fundadora y coreógrafa del grupo Verdini Dantza Taldea.
Todos somos capaces de bailar
El grupo bailó la canción 'Ilargia' de Ken Zazpi, pasando a la siguiente fase y logrando emocionar al jurado del 'talet show' formado por Rafa Méndez, Lola Índigo y Miguel Ángel Muñoz.
"No me puedo ni imaginar lo completa y lo feliz que te sientes de haber llevado esto adelante. Esto no solo es danza, es amor, es ilusión, y que hayas venido con esta propuesta a demostrar que todo el mundo puede hacer cosas tan bonitas como esta es brutal", destacó la cantante madrileña, quien también felicitó a los bailarines que estaban emocionados en el escenario: "podéis estar muy orgullosos".
Miguel Ángel Muñoz necesitó unos minutos para recuperarse tras este emotivo momento. El actor no podía contener las lágrimas tras ver al grupo de jóvenes bailar y emocionarse sobre las tablas.
La danza no es solo estética, es emoción, expresividad y vida
Sin embargo, eso no quita que los inicios del grupo fueran complicados, tal y como recordó la directora de Verdini Dantza Taldea. Y es que, se encontró con muros al ser la primera que tuvo que llamar a puertas con esa idea, cuando muchos les derivaban a "bienestar social", infravalorando las dotes artísticas del equipo procedente de San Sebastián.
Ellos han sido la primera escuela de danza para personas con síndrome de Down y han tenido que luchar para que se les reconociese como bailarines. Ellos merecían tener el lugar que les correspondía y no han parado de luchar hasta que lo han conseguido.
Isabel ha tenido unas preciosas palabras para sus bailarines de los que dice que son "todo corazón y muy generosos", son personas con una sensibilidad enorme y se entregan a la danza porque les ayuda a canalizar sus sentimientos. La coreógrafa ha llegado a decir que es ella quien aprende de sus alumnos y que su trabajo es un verdadero honor para ella.
Han sido años de labor ininterrumpida, de trabajo serio, riguroso y constante con personas con discapacidad. Años de trabajo bien fundamentado y correctamente asesorado. Trabajo con el que se ha pretendido luchar por la desaparición de los obstáculos en el desarrollo e integración de las personas con discapacidad y dar una oportunidad real a este colectivo.
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