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Reclamar el derecho a una vida digna, que es lo que hacen en las charlas y tertulias organizadas por Cocemfe Burgos, donde la empatía es la palabra que más resuena por las personas con discapacidad y la igualdad de derechos.
A estas reuniones van personas con y sin discapacidad, unos para exponer la realidad que viven y reivindicar sus derechos, y los segundos para entender, sensibilizarse y sensibilizar, apoyar y aprender sobre estas realidades que encontramos cada día en la sociedad.
De esta forma se rompen las barreras sociales y estructurales, consiguiendo una mayor conciencia social, y más en las instituciones, para poder tomar decisiones que no perjudiquen a las personas con discapacidad.
Reclamar el derecho de una vida digna no es pedir que te lo den todo solucionado
Una vida digna es sinónimo de contar con las ayudas técnicas, a domicilio, la atención personas necesaria, residencias preparadas y accesibles a las pensiones que cada caso necesita.
Este tipo de tertulias sirve de ayuda y apoyo, y para los que van a interesarse por estas realidades, les sirve para aprender las diferentes capacidades que tienen las personas con esta condición, y que son capaces de seguir haciendo cosas como el resto de personas.
La empatía, el ponerse en los zapatos del otro enriquece mucho a todo el grupo, pues es altamente necesario contribuir con la creación de una sociedad empática y poner sobre la mesa las dificultades a las que se enfrenta hace posible el camino a una vida digna para todos.
En este tipo de charlas, las personas con discapacidad que han tenido que pasar por grandes dificultades por sus recuperaciones, su condición y luchar a la vez con la discriminación de la sociedad, les han ayudado a comprobar que en la sociedad no todo el mundo mira para otro lado, sino que hay gente que se preocupa por entenderlos y contribuir con su causa.
La sede de Cocemfe Burgos también se centra en reivindicar la vida digna de las personas con discapacidad invisibles, pues son las más estigmatizadas y castigadas por los juicios que hacen las personas sobre su situación.
Asimismo, se expone, que al final, por el paso del tiempo y la llegada a edades avanzadas, todo acabaremos teniendo alguna discapacidad, y esto es totalmente real, por lo que las trabas y la poca inclusión, nos acabarán afectando en algún momento de nuestra vida. Y más en las zonas rurales, donde las poblaciones viven aisladas, por lo que todas las voces son altamente necesarias para exponer las diferentes realidades, con el fin de conocerlas y reivindicar sus derechos y oportunidades.
Las discapacidades invisibles y la falta de empatía y solidaridad propulsan problemas como el derecho a aparcar en una plaza para estas personas, la nula tolerancia, el vocabulario y expresiones de mal gusto y que propulsan la discriminación, entre muchas otras cuestiones de gran calado para el bienestar y la posibilidad de vivir una vida digna para todas estas personas.
Que las situaciones y enfermedades de cada persona les hayan quitado de algunas capacidades, no implica que no puedan desarrollar otras
Reivindicar una vida digna también requiere el hecho de que las personas con discapacidad puedan disfrutar del ocio, porque es un derecho para todas las personas.
Por eso en estas tertulias se imparten talleres de poesía y recitales. Además de contar con la creación de establecer amistades abrir sentimientos unos con otros, y poner en práctica lo que son capaces de hacer.
El reto de conseguir una vida digna para estas personas, para por dejar de infantilizar la discapacidad, por escuchar, compartir y normalizar dicha situación. Algo que es indispensable para poder reclamar necesidades básicas para todos y políticas igualitarias, que no dejen a nadie fuera.
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