Sabemos que los viñedos aportan un importante valor a la economía española, no solo por el producto de calidad que se fabrica a partir de las uvas recogidas en ellos, sino también por el turismo que promueven. El cambio climático, nuestro principal reto para abordar en este último siglo, pone en riesgo la supervivencia también de estos campos, sobre todo a comunidades como Castilla-La Mancha, por su especial tradición de vino.
Las exportaciones y el turismo que se pondrían en riesgo por el jaque a la supervivencia de los viñedos es algo que preocupa, ya que no solo afecta a empresarios, sino también a miles de trabajadores, concretamente 400.000, que viven de la producción de vino y sus derivados. El impacto del cambio climático en la agricultura en España, ya ha supuesto unos 550 millones de euros, cifra que podría elevarse si no empezamos a cuidar el medio ambiente con mayor responsabilidad.
La lucha de los viñedos por no perecer
El cambio climático tiene efectos más que evidentes y conocidos en todos los ecosistemas. Uno de los principales, y de los que se generan la mayor parte de los demás, es la subida de las temperaturas a nivel global. Este factor pone en riesgo muchos ciclos, el primero de ellos es el del agua, que se ve alterado provocando una disminución en las lluvias, por tanto la aparición de periodos más largos de sequía, o todo lo contrario, lluvias torrenciales que arrasan con todo.
Este tipo de desequilibrios tiene un impacto clave en los cultivos especialmente, ya que la mayoría necesitan de agua para mantener unos ciclos adecuados de crecimiento. En el caso de los viñedos, que suponen un total de 900.000 hectáreas de cultivo en toda España, lo que más preocupa es la falta de agua. Esto ha generado un incremento del uso de regadíos para mantener estos cultivos.
Sin embargo, el responsable de riesgos agrarios del COAG, Pablo Resco, comentó para RTVE que "Si disminuyen las reservas hídricas esa herramienta va a disminuir". Al fin y al cabo, el uso del regadío es solo poner un parche a un problema mayor. La escasez de agua por las menores lluvias. Por eso, desde el sector de los viñedos, muchos se están sumando para trabajar adecuándose a modelos sostenibles. Una de las mejores formas de hacerlo es a través del desarrollo tecnológico.
Por ejemplo, en los viñedos de Fuente de Pedro Navarro, en Cuenca, se cuenta con un sistema de riesgo sectorizado por goteo y con nanotecnología. Un proceso que ayuda a que el agua se absorba mejor en la tierra y por tanto se utilice menos y de forma más eficiente.
Las tierras de La Mancha en riesgo
Catilla-La Mancha es conocida por sus viñedos y la calidad de sus vinos, ya que el 50 % de sus tierras de cultivo están dedicadas a ello. Ahora se enfrentan a las consecuencias y riesgos del cambio climático. Este está impactando principalmente en el ciclo vegetativo del viñedo, haciéndolos más cortos. Además, las tierras se están quedando 'secas' "Ya es todo de secano. Entonces, el cambio climático se nota más. Hay más subidas y bajadas de producción según los años que llueva", comenta Luis Martínez, agricultor de la localidad toledana para RTVE.
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