El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Este día se celebra para brindar homenaje a quienes trabajan con su voluntad sin recibir ningún tipo de remuneración, ya sea en instituciones públicas o privadas. Las tareas que realizan van dirigidas tanto a enfermos, como a sus familias.
La aportación de quienes prestan su ayuda y conocimientos de manera desinteresada para construir una sociedad mejor es vital en un mundo en el que los retos sociales y medioambientales, no dejan de crecer.