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Las aerolíneas que operan en España han programado apenas 3.550 vuelos esta Semana Santa, lo que supone una reducción del 95% con respecto a los 71.000 vuelos de hace un año.
La Semana Santa ante drásticas restricciones de movilidad
El coronavirus elimina millones de desplazamientos. La Semana Santa 2020 será una de víctimas que dejará la pandemia del coronavirus en España. Un periodo que habría arrancado esta semana y que debería haber sido uno de los periodos del año en los que a lo largo y ancho del país se realizasen más desplazamientas por tierra, mar y aire, se ha convertido en uno de grandes pérdidas.
Si se observan los datos de abril de 2019, año en el que la Semana Santa también se celebró en este mes, 7,17 millones de turistas internacionales visitaron España. Esta cifra representó el 8,5% de los 83,7 millones turistas extranjeros que eligieron como destino nuestro país durante el pasado año.
De esta forma, abril se convirtió en el séptimo mes con más visitas internacionales, de las que 5,8 millones llegaron por avión; 1,1 millones, por carretera; y 29.000, por tren.
Según las estimaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT), el pasado año se realizaron 15,5 millones de desplazamientos por carretera durante la Semana Santa.
En lo que tiene que ver con los desplazamientos aéreos, según los datos de la asociación de líneas aéreas españolas (ALA) durante la Semana Santa de 2019 se registraron 71.000 vuelos en los aeropuertos de la red de Aena.
Según los datos de Aena, durante ese periodo en 2019, más de 11 millones de pasajeros, nacionales e internacionales, pasaron por los aeropuertos de su red.
Del mismo modo, para el transporte por ferrocarril esta semana de festivos fue una de las más intensas durante el pasado año. En concreto, entre el viernes 12 y el lunes 22 de abril, entre servicios de AVE, larga distancia y Avant, 1,3 millones de viajeros optaron por el tren.
Todos estos datos chocan con la realidad actual en España. Las medidas de confinamiento adoptadas por el Gobierno han hecho que la reducción de viajes de larga distancia en todos los servicios interprovinciales de Renfe llegue al 98%. Un dato que, en el caso de los Cercanías, alcanza el 94%.
Los desplazamientos de particulares en vehículos ligeros se han reducido un 83%. Contrasta con el nivel de utilización que están teniendo los autobuses interurbanos. La reducción de pasajeros de esta modalidad de movilidad llega al 96%. Un nivel muy similar al del ferrocarril.
Por último, el avión ha sido el modo de transporte que ha tenido una reducción más gradual durante las dos últimas semanas.
Así las cosas, la Semana Santa de 2020 quedará marcada en la historia como el periodo en el que menos desplazamientos se desarrollaron por medios de transporte de todo tipo.
El peligro del parón aéreo
Así lo señala la asociación de Líneas Aéreas (ALA) en una nota de prensa, donde lamenta que estos datos “ponen de relieve que el turismo en su conjunto, y el sector aéreo en particular, afrontan una Semana Santa de pérdidas con gran parte de la flota en tierra”.
Por ello, la patronal de las aerolíneas pide al Gobierno que “no deje caer al sector aéreo, que es fundamental para el desarrollo del turismo, y que tome medidas cuanto antes porque la supervivencia del sector aéreo peligra”.
En esta línea, recuerda que las restricciones a la aviación establecidas por los distintos gobiernos han provocado una caída de la demanda sin precedentes, lo que ha llevado al cierre de terminales de muchos aeropuertos españoles y ha reducido la actividad aérea prácticamente a los vuelos de repatriación y carga.
Por todo ello, Javier Gándara, presidente de ALA, advierte de que “las repercusiones de esta pandemia van mucho más allá de la Semana Santa, que tan sólo es el preludio de una temporada de verano incierta y de un año crítico para el sector”.
“La incertidumbre de la evolución del COVID-19 no sólo en España, sino a escala global, y las dudas sobre el comportamiento de la demanda, dificulta aún más si cabe la supervivencia de las compañías aéreas y hace imposible vislumbrar cuándo llegará la recuperación, no sólo porque se desconoce cuándo se recuperará la actividad aérea, sino cuándo recuperará la gente la confianza en volar”, añade.
Por último, alerta al Gobierno de que el parón del transporte aéreo pone en peligro 750.000 empleos y puede costarle al PIB español del orden de 45.000 millones de euros por lo que pide de nuevo medidas de apoyo.
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