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Con una mayor y constante preocupación por cuidar de nuestra salud mental y emocional, empezamos a familiarizarnos con herramientas que nos ayudan con la gestión de nuestras emociones y pensamientos. Existen algunos elementos, que nos pueden dificultar nuestro desarrollo personal y emocional, como son los pensamientos limitantes, ideas y creencias que acaban jugando en nuestra contra aunque no nos demos cuenta.
Laura Fuster, psicóloga general que pasa consulta en Valencia, facilitó una entrevista para el medio digital ABC, en la que explicó en qué consistían estos pensamientos limitantes, definiéndolos como "un conjunto de pensamientos que afectan de manera negativa en nuestras vidas". Son ideas que van apareciendo sobre todo durante nuestra infancia y adolescencia, si no son trabajados, podría ser más complicado ejercer control sobre ellos.
6 pensamientos limitantes que debemos trabajar
Pero, ¿por qué es importante trabajar en estos pensamientos limitantes? Principalmente porque, como su propio nombre indica, son ideas que nos limitan en nuestro día a día de forma negativa. Pero también porque se trata de creencias que son irracionales y en muchos casos falsas. Por eso, Fuster, nos propone identificarlas en nuestro día, para que seamos más conscientes de ellas y ponerles un coto.
Nadie me entiende
Seguramente te has visto repitiéndote a ti mismo/a esta frase, y es que, como explica Fuster, "es muy común la sensación de sentirse incomprendido, más cuando ha existido alguna discusión o conflicto". Sin embargo, este pensamiento no es del todo real, ya que contiene elementos totalizantes, como la palabra 'nadie'. Seguramente, si hablas del conflicto con alguien más, puedas verte comprendido o incluso asumir que hay algo que necesites mejorar.
Seguro que piensan mal de mí
Otro clásico. Es cierto que la opinión de los demás tiene un importante grado de relevancia para nosotros, al fin y al cabo, somos seres sociales. Sin embargo, este tipo de pensamientos limitantes, nacen de algunas inseguridades que podemos no estar gestionando adecuadamente, e incluso de algún trauma no resulto. Obviamente, las personas se hacen opiniones sobre nosotros, pero estas no tienen porque ser malas y en muchos casos tampoco debe afectarnos en exceso.
Tengo que hacer las cosas perfectas
Lo sentimos, pero la perfección no existe. Buscarlo en exceso, es algo que nos puede llevar a limitaciones, aunque parezca contradictorio. En muchos casos, una persona altamente perfeccionista, acaba evitando realizar acciones, sin si quiera intentarlo, por la presión de que estas deban ser perfectas. Sin embargo, mientras menos practiquemos algo, menos avanzaremos para que nos quede a nuestro gusto. Inténtalo, no tiene que ser perfecto.
Seguro que se enfadan
Este tipo de pensamientos limitantes "puede causarnos problemas sociales y personales", comenta la psicóloga. Se debe a que estamos haciendo una interpretación sesgada antes de conocer la reacción real que las otras personas pueden llegar a tener. Evidentemente, esto no se aplica a situaciones en las que vamos a tener un comportamiento a sabiendas de que puede resultar lesivo o molesto.
Seguro que tengo algo malo
Este pensamiento suele llegar de experiencias de rechazo en nuestros entornos sociales. Tendemos a menospreciarnos o pensar que este tipo de rechazo viene por ser de determinada manera. Sin embargo, es importante tener perspectiva e intentar valorar los espacios en los que no hemos experimentado ese rechazo y aceptar que en muchos casos, este rechazo viene más de la otra persona que de nosotros mismo.
La ansiedad volverá y no la podré manejar
Finalizamos con uno de los pensamientos limitantes que más afectan a las personas que han atravesado por periodos de ansiedad. Sin embargo, no es un pensamiento real, ya que aunque sintamos que las sensaciones desagradables que trae consigo la ansiedad, esto no significa que no podamos hacerle frente, sobre todo si hemos trabajado en construir herramientas para gestionarla. La ansiedad no tiene porqué ser vista como una enemiga, es más bien un llamado de nuestro cuerpo y emociones para que pongamos solución a circunstancias que nos generan malestar.
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