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La investigación y la innovación que se utiliza en los métodos para ella, es fundamental para seguir aprendiendo más sobre distintas afecciones y enfermedades y poder encontrar tratamientos más efectivos que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas. Un reciente estudio realizado por investigadores del Boston College (EE.UU.), ha utilizado la Inteligencia Artificial (IA) para conocer más sobre el autismo y cómo está relacionado con la anatomía cerebral.
El método del 'machine learnin', o aprendizaje automático en español, a través de la IA, se ha utilizado para buscar una relación entre el comportamiento de las personas con autismo y su anatomía cerebral. Este estudio recientemente publicado en la revista 'Science', ha demostrado que esta relación existe, después de haber analizado las imágenes de resonancias magnéticas de más de 1.000 personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
El autismo y el cerebro
Está claro que el cerebro es uno de los órganos más importantes que tenemos, y que es el responsable de las acciones de nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y de cómo nos relacionamos con el entorno. Por eso, síndromes como el autismo, tienen una estrecha relación con lo que ocurre a nivel cerebral. Ahora los investigadores han querido dar un paso más para ver si la anatomía cerebral de las personas con TEA está relacionado con el trastorno. Se trata de una investigación innovadora, no solo porque ha utilizado la Inteligencia Artificial, sino también por sus resultados.
Los ordenadores utilizados para este experimento, han comparado imágenes de resonancias magnéticas de 1.103 voluntarios con autismo, con simulaciones sobre el aspecto que tendrían cerebros que no tuviesen el trastorno. El objetivo principal de este estudio, ha sido el de poder utilizar la información extraída de esta comparación, para poder desarrollar tratamientos más personalizados.
“Las variaciones estudiadas son diferencias en la neuroanatomía que indican un desarrollo alterado en determinadas regiones del cerebro”, explica Aidas Aglinskas, neurocientífico y coautor del trabajo. "Hemos investigado los cambios volumétricos asociados al trastorno del espectro autista, identificando las áreas cerebrales que están expandidas o comprimidas en comparación con lo que se esperaría si esa persona no lo tuviera”.
¿Cómo ha ayudado la Inteligencia Artificial?
El problema radica en que el TEA no siempre se presenta de la misma forma en las personas que viven con este trastorno. Esto ha hecho que investigaciones e hipótesis anteriores, planteasen que probablemente no existiese una correlación neuroanatómica. Esta investigación viene a rebatir estas hipótesis, lo cual ha resultado muy complicado ya que “los cerebros son diferentes debido a muchos factores, incluida la variación genética no debida a este trastorno, que es difícil de controlar en un estudio de investigación”, ha comentado Aglisnskas.
Sin embargo, el estudio se pudo sacar adelante gracias a la Inteligencia Artificial y su capacidad para encontrar patrones de variabilidad neuronal más específicos relacionados con el autismo. "Ha sido difícil identificar las variaciones en la anatomía del cerebro que están relacionadas con los distintos síntomas. Por eso, usamos la IA para separar las diferencias relacionadas con el trastorno de las que no lo estaban”, explica el neurocientífico.
También ha añadido que “Nos sorprendió descubrir que, a pesar de observar una gran variación en la anatomía del cerebro entre los individuos con autismo a través de múltiples dimensiones, los sujetos no se agrupaban en subtipos distintos y categóricos como se pensaba anteriormente”. De momento se requiere una investigación más detallada, pero los investigadores no descartan continuar utilizando la IA como herramienta.
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