Lectura fácil
El conflicto bélico que en la actualidad se desarrolla en Ucrania tiene evidentes repercusiones en el resto de Europa y en el mundo, y muchas de ellas afectan al día a día de los ciudadanos. Una de ellas es la escalada en precios y en algunos casos la limitación de la oferta del aceite de girasol.
Por ello, son muchas las personas que ya buscan alternativas a este ingrediente de uso común; pero si optamos por sustituirlo, es importante también hacerlo prestando atención a nuestra salud.
Por primera vez, las botellas del aceite de oliva están a precios similares que las del aceite de girasol
La subida del precio de esta materia ha superado ya el 10 % y se debe directamente a la guerra. Ucrania y Rusia son los dos principales productores de aceite de girasol del planeta.
En algunos supermercados se ha impuesto, de manera temporal, el racionamiento como norma ante una posible histeria colectiva, como la que se vivió en los primeros meses de la pandemia con el papel higiénico.
Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) señalan que estas medidas no tienen que ver con un posible desabastecimiento, sino con "la demanda anómala" y al "comportamiento atípico del consumidor".
"España es primer productor mundial en varias de las familias de productos que componen las categorías de grasas vegetales. La cadena alimentaria española es extraordinariamente eficiente y tiene suficiente capacidad para proveer al mercado de dichos productos. Las instituciones europeas, el Gobierno y los sectores más directamente afectados están adoptando medidas para paliar esta situación concreta", dicen desde la patronal de los supermercados.
Mercadona, Día, Hiperdino o MES, habrían restringido la compra de ese producto por cliente, tal y como ha denunciado la organización FACUA, que considera que limitar el número de unidades va contra la Ley de Ordenación del Comercio Minorista. También la OCU ha mostrado su rechazo a este tipo de medidas y denuncia que el racionamiento genera "una creciente alarma entre los consumidores" que "favorece la subida de precio".
Una parte de la industria agroalimentaria española quedará paralizada en cuatro semanas si no se encuentra un sustituto al aceite de girasol.
En busca de más aceite
El aceite de girasol se usa para la elaboración tanto de bollería y conservas, como de salsas y fritos. Las reservas, alertan desde este sector, no aguantarán más de un mes.
Parece que no aprendemos. Después de la locura del papel de wáter, llega a nuestras vidas la del aceite de girasol. No quiero hacerme la interesante, pero de ese aceite en mi casa más bien hay poco. Somos más de aliñar la ensalada con el aceite de oliva. Pues la cosa es que, en casa, una botella de aceite de oliva puede durar tres meses tranquilamente. No entiendo el ataque y la paranoia con el aceite de girasol.
De todas formas, para quien sí que ha sucumbido a esta histeria y pánico, os dejamos un listado con alternativas.
Aceites sanos y aceites perjudiciales
El aceite que se considera más saludable es sin duda el de oliva, y especialmente el aceite de oliva virgen extra. Está compuesto por grasas monoinsaturadas, lo que repercute positivamente en la salud cardíaca. Sin embargo, su punto de humo es relativamente bajo, por lo que conviene reservarlo para cocinar platos que no requieran demasiado calor.
Los principales inconvenientes del aceite de oliva, de hecho, nada tienen que ver con la salud: el primero es su precio, a veces muy elevado (especialmente fuera de España, y el segundo es su fuerte sabor, que aunque combina a la perfección con una gran cantidad de platos puede enmascarar el de otros.
Otros aceites ricos en grasas insaturadas son el de colza (con mala fama en España debido al envenenamiento masivo que tuvo lugar a comienzos de los años 80 después de la venta ambulante de aceite de colza desnaturalizado, muy distinto al que sí es adecuado para el consumo humano), el de cacahuete, el de nuez, el de sésamo, el de aguacate y el de soja orgánico.
El caso del aceite de coco es curioso y algo polémico. Es muy rico en grasas saturadas, con lo que en principio no es una gran opción. Sin embargo, algunos estudios han empezado a señalar que no tiene un impacto tan negativo en la salud como se creía. En cualquier caso, sí que se aconseja consumirlo con moderación.
Los que se recomienda evitar en la medida de lo posible son el aceite vegetal (con este nombre se comercializa genéricamente una mezcla de muchos tipos de aceite, incluyendo a veces de palma, que suele estar altamente refinada y procesada), la margarina (con un alto contenido en grasas hidrogenadas transaturadas), el aceite de maíz, el aceite de soja hidrogenado y la mantequilla.
Añadir nuevo comentario