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La acidificación del océano ocurre a causa de las emisiones de CO2 que emiten a la atmósfera las industrias petroleras y otras fuentes contaminantes.
La mano del ser humano y los daños que provoca están llegando hasta esos lugares recónditos del océano, donde la luz solar no es capaz de adentrarse.
La contaminación a la que sometemos al planeta está convirtiendo el agua de los océanos en un líquido más ácido que resulta incompatible con algunas especies submarinas.
Esto ocurre con los corales, los conocidos como árboles del océano. La triste realidad es que no es nuevo. Pues son diversos estudios los que alertan del grave peligro que corren los corales tropicales.
Pero aún el daño es mayor, porque la acidificación está llegando a afectar a los corales de profundidad, aquellos que se encuentran a 500 o 1.000 metros bajo el agua, donde no llega a luz solar.
Acidificación del océano: cómo acabar con especies muy valiosas para el ecosistema marino
Un estudio publicado en la revista Nature, habla sobre este tipo de corales. La investigación que empezó en el 1997 por parte del Centro de Ciencias del Mar Algarve (CCMAR), muestra cómo los corales de agua fría que rodean la Península son víctimas de la acidificación del océano.
Y los resultados obtenidos no son nada esperanzadores, pues según el estudio, como el ser humano no le ponga freno a las emisiones de CO2, los corales de profundidad morirán.
Se trata de uno de los animales más antiguos del planeta, y a lo largo de su existencia se han desarrollado en aguas que, químicamente, les favorecían.
La investigación apunta que su equilibrio depende de un exceso de carbonato en el agua, pero la acidificación del océano los está matando.
Según la investigación, "no se va a acabar el carbonato, se va a acabar el exceso de carbonato", es decir, cuando ese carbonato no exista, los esqueletos de los corales se corroerán, y los "huesos" de los que ya estén muertos, se disolverán "como una aspirina en un vaso de agua".
La desaparición de esta especie submarina tiene como resultado un "puñetazo" para la biodiversidad y acabará afectando a nuestra alimentación.
Los corales de agua fría tienen un valor ecológico irremplazable
Además, la acidificación del océano no sólo acabará matando a esta especie, sino a muchas otras. Pues muchos peces utilizan a estos corales de aguas frías como "guarderías de los huevos y de las crías pequeñas".
En la zona del Atlántico Noreste, la acidificación se expande "desde la superficie hasta los 2.500 metros de profundidad", apunta el estudio del CCMAR.
Los oceanógrafos vienen avisando de esta problemática y apuntan que los gobiernos son los únicos que pueden ponerle remedio. Según actúen, dicen desde la investigación, se pueden dar 3 escenarios:
- Si la concentración atmosférica de CO2 llega a 700 partes por millón, ahora estamos en 410. Entonces, las aguas pasarían a ser “químicamente hostiles”.
- En caso de que las emisiones evolucionasen ritmo que lo están haciendo, “de aquí a 50 años los arrecifes de coral profundo vivirán en aguas que serán químicamente desfavorables”.
- Si los gobiernos cumpliesen el Acuerdo de París de 2015, “las comunidades de corales de aguas frías seguirán viviendo en aguas químicamente óptimas para su desarrollo”.
La acidificación del océano aumenta si crece el cambio climático
Los oceanógrafos de la investigación esperan que "las cosas cambien a mejor". Además apuntan que "la concienciación del cambio climático estaba muy alta al principio del año".
Aunque son conscientes de que en la actualidad existen otras preocupaciones, piden no obviar la acidificación del océano. Pues según los expertos, hay que aprovechar el momento para cumplir los objetivos del Acuerdo de Paris. De esta forma, la química del agua se mantendría en buen estado.
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