Los acúfenos, esos pitidos insoportables que se producen en el oído

Es probable que alguna vez te hayan pitado los oídos de una forma violenta y molesta, llegando a causar problemas en actividades del día a día. Se estima que un 18 % de la población siente pitidos, zumbidos o silbidos en los oídos. Es lo que se conoce como acúfenos o tinnitus, y en muchas ocasiones, es un problema de salud que debe ser tratado para evitar consecuencias mucho más graves. Si tú también los sufres, quédate en este artículo para informarte acerca de los acúfenos y su tratamiento.

¿Qué son los acúfenos?

Aunque parezca algo muy grave, los acúfenos no son una enfermedad, sino un síntoma que se relaciona con el sistema auditivo. También suele llamarse tinnitus, que significa “tintineo”, y se describen como zumbidos o silbidos que se escuchan en uno o en ambos oídos sin que procedan de ninguna fuente externa. Las personas que lo sufren los describen como sonidos muy reales y que únicamente los escuchan ellos. En ocasiones puede afectar a los dos oídos o a uno, tratarse de algo puntual o convertirse en crónico. En este último caso se recomienda acudir a un médico.

Las personas que los sufren se sitúan entre el 10 % y el 17 % en todo el mundo. En cuanto a la frecuencia de este trastorno auditivo, aumenta a partir de los 50 años, tanto en hombres como en mujeres. La intensidad varía dependiendo de la persona, pero existen unos síntomas muy comunes:

• Los acúfenos se pueden notar en los oídos o “dentro” de la cabeza sin que haya una fuente exterior que los provoque.
• El ruido se oye en lugares tranquilos y silenciosos, pero también en sitios ruidosos.
• Cada paciente define los sonidos de distinta manera: zumbidos, pitidos, ronroneos, sonidos del viento, ruido de mar…
• Pueden ser constante o transitorios.
• Pueden ser continuos o pulsátiles, intermitentes.

Por qué se producen los acúfenos y cuáles son sus consecuencias en la salud

Los acúfenos son, normalmente, alteraciones de la corteza auditiva del sistema nervioso central, y puede estar provocada por algunas anomalías relacionadas con las vías auditivas, por ejemplo: un trauma acústico, el envejecimiento, la pérdida de audición, trastornos (migrañas, hipertensión, anemia…), exceso de cera, otitis, consumo de fármacos o drogas, enfermedades o lesiones en la cabeza.

A su vez pueden dividirse en dos tipos:

1. Subjetivos: se perciben los ruidos sin que haya estímulo acústico, por lo que otras personas no pueden escucharlo. Aproximadamente se trata de un 95 % de los casos.
2. Objetivos: en este caso pueden percibirlos tanto el paciente como el médico. El ruido se sitúa en los vasos sanguíneos y provocan un sonido al mismo ritmo que el corazón.

Hay veces donde los síntomas son leves y las personas terminan acostumbrándose a estos ruidos, pero en otras ocasiones, tienen una frecuencia tan alta que puede provocar irritación, mal humor, ansiedad, nerviosismo o incluso depresión.

Tratamientos para los acúfenos

Es importante acudir a un otorrinolaringólogo para tratar esta anomalía, por muy leve que sea, ya que a veces puede convertirse en algo más perjudicial. En el caso de no encontrar una solución, es probable que esa persona tenga que convivir con este síntoma durante toda la vida. Para ello existen algunas soluciones para poder sobrellevarlo: terapias de reentrenamiento y habituación, técnicas de relajación, tratamientos o audífonos.