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Los hábitats marinos formados por las algas rojas coralináceas, o rodolitos, están bajo el estudio del Proyecto MAC-RODO, liderado por la Asociación Biodiversidad Atlántica y Sostenibilidad (ABAS) con la colaboración de investigadores del Instituto Universitario ECOAQUA de la ULPGC.
Los investigadores realizarán cartografiados que permitirán determinar la extensión de estos hábitats, así como experimentos para saber su capacidad de absorción de dióxido de carbono.
El objetivo es tener mayores conocimiento sobre los servicios ecosistémicos en la región macaronésica de los fondos de rodolitos, que son considerados como ingenieros ecosistémicos.
Las algas rojas, al morir, pueden transportarse por las corrientes contribuyendo a la formación de arena
Pero no solo eso, sino que las algas rojas que se van a estudiar en los fondos marinos de la Macaronesia llevan a cabo experimentos in situ para saber cuánto CO2 pueden absorber estas especies, y qué sensibilidad y vulnerabilidad presentan estos ecosistemas marinos con los impactos humanos, como el incremento de nutrientes o la disminución de la luz.
El proyecto de observación de los rodolitos pretende profundizar sobre el crecimiento y la verdadera extensión de esta especie.
Las algas rojas o rodolitos son consideradas un hábitat prioritario para la conservación por la Unión Europea, ya que tienen un papel muy importante para dar sustento a la biodiversidad marina, y por su contribución con la mitigación del cambio climático.
El caso es que se conoce muy poco al respecto de estas algas rojas, y por ello se puso en marcha este proyecto, que ya se encuentra realizando las primeras actividades con tecnología puntera para conocer estos ecosistemas marinos.
El mapeo de la superficie ocupada por los rodolitos en la isla de Maderia esta financiado también por la iniciativa europea LIFE4BEST, que trabaja en pro de la protección de ecosistemas.
Los investigadores del proyecto detallan que conocer más al respecto de estos ingenieros ecosistémicos, su sensibilidad a los impactos humanos como la contaminación y la sobreexplotación de recursos es de vital importancia.
Mitigación del cambio climático
El esqueleto de las algas rojas está formado por carbonato de calcio, y según los investigadores, pueden tener un papel importante a la hora de mitigar la crisis climática.
Asimismo, se encargan de propocionar un hábitat para muchas especies marinas, como productores primarios, algas que viven ancladas a ellas, o minúsculos invertebrados que se cobijan entre sus huecos. Todos ellos dan forma a una unión esencial para las cadenas tróficas marinas.
Son unos grandes desconocidos, apuntan los investigadores, en comparación con otros hábitats litorales como arrecifes de coral, bosques de macroalgas, praderas marinas o manglares.
Con el proyecto MAC-RODO, se puede conseguir mayores conocimientos sobre la algas rojas, para que así, tal y como apuntan los investigadores, se entienda mejor qué son, para protegerlo adecuadamente, dando lugar a las necesarias Áreas Marinas Protegidas.
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