Cuando se vive de alquiler, las reparaciones o averías que surgen en la vivienda pueden acabar siendo un caldo de cultivo de conflictos perfecto entre inquilinos y propietarios.
Y es que, uno de los enfrentamiento habituales es el que surge al fallar un electrodoméstico, porque surgen las dudas de quien debe abonar esa reparación.
Es por ello que hoy hablamos de esta problemática para acabar solucionando dudas y poder servir de ayuda tanto a arrendados como a arrendatarios.
El alquiler y las reparaciones o averías en la vivienda
Según la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos), "las averías las abona el propietario del inmueble, salvo por un mal uso o daño intencionado por parte del arrendatario". Aunque con una excepción: cuando "es una avería mínima, como un piloto o un filtro, o si se demuestra que la culpa ha sido del inquilino".
Es decir, por normal general, los gastos de la reparación de electrodomésticos u otros elementos del interior, corren a cargo del propietario de la vivienda en alquiler.
Por su parte, Esperanza Palacio, co-directora legal de reclamador.es, explicó a 20Minutos que "la legislación sobre arrendamientos urbanos establece que las pequeñas reparaciones que haya que realizar de los electrodomésticos, que sean como consecuencia del desgaste por el uso ordinario de los mismos, serán por cuenta del inquilino".
No obstante, recalca que "si fuera necesario cambiar el electrodoméstico en cuestión, ya estaríamos hablando de reparaciones necesarias para conservar la vivienda, y por tanto, el arrendador es quien tendría que hacerse cargo del coste. Aunque, si se acredita que el electrodoméstico se ha estropeado como consecuencia de un mal uso por parte del inquilino, este tendrá que abonar el coste de la reparación".
Al darse estas situaciones, sabemos que ambas partes pueden tirar de "cabezonería" para librarse del desembolso de dinero, y por ende, de responsabilidad, por lo que si no se llega a un acuerdo, Palacio indica que "en estos casos no queda más remedio que recabar un informe pericial que avale la postura de una u otra parte y que zanje la disputa".
Al respecto, agrega, "Si aún así tampoco es posible (porque cada uno tiene un informe que le da la razón) no habrá más remedio que acudir o bien al Arbitraje o bien a los Juzgados para que sea un tercero quien decida".
Diferenciando las obligaciones de casero e inquilino
- Casero: En un alquiler, el casero tiene la obligación de realizar esos arreglos para conservar la vivienda en "condiciones de habitabilidad". Desde Homeserve señalan lo siguiente:
- Reparar, renovar o sustituir cualquier elemento de las instalaciones de conducción de agua y desagüe del alquiler.
- Mantener y conservar el techo, las paredes, el suelo y la chimenea.
- Solucionar cualquier problema relacionado con la instalación eléctrica, las tuberías y la calefacción.
- Sustituir o reparar el termo en caso de avería o funcionamiento deficiente.
- Reparar y sustituir cualquier electrodoméstico averiado si no se trata de averías menores como la rotura de un piloto o el fallo o desmejora de un filtro.
- Acabar con las plagas producidas por el mal funcionamiento de las instalaciones de la casa. Aunque las que se ocasionan por el mal uso o funcionamiento de los exteriores del bloque serán responsabilidad de la comunidad de vecinos o del ayuntamiento local.
- Inquilino:
- Deterioro por el uso cotidiano del alquiler.
- Pagar todas las facturas de aquellos bienes que se puedan medir a través de contadores individuales: agua, luz, gas, teléfono, etc. Contando también con el pago de los gastos de cualquiera de estas cosas que se puedan generar durante una avería.
- Cualquier desperfecto que se derive del mal uso de la vivienda.
- Cambiar o reparar las persianas, lámparas, bombillas y los agujeros realizados en las paredes por la cuelga de cuadros o decoración, también correrán de su cuenta todas aquellas pequeñas reparaciones –las que tengan un coste inferior a 150 euros– que se deriven del desgaste por el uso cotidiano de la casa si no se llega a través del contrato a un acuerdo distinto.
- Arreglar cualquier problema eléctrico producido por una sobrecarga de la red del alquiler producida por la conexión de más aparatos de los que la instalación puede soportar.
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