
Lectura fácil
La exposición a altas temperaturas ambientales se asocia con una menor conectividad en tres redes cerebrales en preadolescentes, lo que sugiere que el calor puede impactar en la función cerebral.
Esa es la principal conclusión de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, y el Idibell, en colaboración con el Erasmus University Medical Center Rotterdam (Erasmus MC) y las áreas de Epidemiología Salud Pública (Ciberesp), y Salud Mental (Cibersam) del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber).
Los resultados, publicados en la revista ‘Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry’, se basan en el análisis de 2.229 niños de 9 a 12 años de la cohorte ‘Generación R’ de Róterdam (Países Bajos).
Las altas temperaturas y su impacto en el cerebro infantil
Diversos estudios han señalado que las altas temperaturas pueden afectar el funcionamiento del cerebro, especialmente en niños y preadolescentes. El calor extremo no solo causa malestar físico, sino que también puede alterar funciones cognitivas clave como la memoria, la atención y la toma de decisiones.
Durante las olas de calor, el cuerpo trabaja más para regular su temperatura, lo que puede reducir la energía disponible para el cerebro. Esto podría explicar por qué muchos niños experimentan fatiga, dificultad para concentrarse y menor rendimiento escolar en los días más calurosos.
Cómo afecta el calor a la función cognitiva
Los expertos han identificado varios efectos negativos de las altas temperaturas en el cerebro de los preadolescentes:
- Menor capacidad de atención: El calor puede dificultar la concentración en tareas académicas y actividades diarias.
- Problemas de memoria: Las altas temperaturas pueden afectar la retención de información y el aprendizaje.
- Fatiga mental: La exposición prolongada al calor puede provocar cansancio mental y reducción del rendimiento cognitivo.
- Aumento del estrés: Las altas temperaturas pueden generar estrés y ansiedad, afectando el bienestar emocional de los niños.
Estos efectos pueden ser especialmente preocupantes en entornos escolares sin suficiente ventilación o en zonas donde las olas de calor son cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
Medidas para proteger el desarrollo cognitivo en días calurosos
Para minimizar los efectos negativos del calor en la función cerebral de los preadolescentes, es importante seguir algunas recomendaciones:
- Mantenerse hidratado: Beber suficiente agua ayuda a regular la temperatura corporal y a mantener el cerebro en buen estado.
- Evitar la exposición al sol en horas pico: Es recomendable reducir las actividades al aire libre durante las horas de mayor calor.
- Ambientes frescos y ventilados: Garantizar que las aulas y hogares cuenten con buena ventilación o aire acondicionado puede mejorar el rendimiento cognitivo.
- Descansos frecuentes: Hacer pausas durante el estudio o las actividades escolares ayuda a reducir la fatiga mental.
Además, es fundamental que las escuelas y las familias tomen en cuenta el impacto de las altas temperaturas en el aprendizaje y adapten las condiciones para proteger la salud y el bienestar de los niños.
Añadir nuevo comentario