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Mirando atrás, hace ya bastantes años, tal día como hoy, me creaba un perfil personal en Facebook. Mi primera publicación, en honor a la efeméride que nos ocupa, colgaba una fotografía en negro, tal como la imagen que ilustra esta noticia. Con esto quería - y quiero, de nuevo - expresar lo que sienten las personas con Alzhéimer.
El Alzhéimer es la forma más común de demencia y, por el momento, es incurable. Además, es degenerativa, por lo que su frecuencia aumenta con la edad: afecta al 5 % de la población entre 60 y 69 años, al 20 % de los que tienen entre 80 y 89 y al 30 % de entre 90 y 99. En total, más de 46 millones de personas (el equivalente a la población española) sufren la enfermedad en todo el mundo y, si la tendencia continúa, en 2050 habrá 131,5 millones, según Alzheimer Disease Internacional, centro de referencia. En España, se calcula que alrededor de 800.000 personas lo sufren y más de la mitad se encuentran en situación de dependencia.
Con esto, más de 46 millones de personas en todo el mundo, ven una imagen en negro en su cabeza cada vez que intentan recordar qué hicieron ayer, cómo fue su primer beso, e incluso qué estaba haciendo en ese mismo momento cuando se paró a pensar. Mi abuelo decía que la enfermedad le iba borrando y le volvía violento. Sentía terror cada vez que eso pasaba y le asustaba el efecto que esto tenía sobre mi familia. Un fundido a negro en su trayectoria vital.
El enfermo de Alzhéimer va descumpliendo años a lo largo de su enfermedad, y, al final, sus conductas y reacciones son como las de un bebé. Obviamente, a nadie se le ocurre pensar que un bebe no percibe su entorno. Claro que lo hace, pero los estímulos más básicos son los que le estimulan. En este caso es lo mismo, solo que la manifestación de cómo se siente un paciente desde fuera, se ve dificultada y eso hace que nos confundamos y pensemos que no experimenta ningún tipo de sensación reactiva al entorno.
El Alzhéimer, entre las diez principales causas de discapacidad a nivel global realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Cada año se diagnostican unos 10 millones de nuevos casos de Alzhéimer en el mundo aunque los expertos advierten de que una reducción de al menos un 25 % de factores de riesgo modificables podrían ayudar a prevenir entre uno y tres millones de casos de esta enfermedad, según informó la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Esta patología es la principal causa de deterioro cognitivo en el mundo y un problema sanitario y económico de primera magnitud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es ya una de las 10 principales causas de discapacidad, dependencia y mortalidad en todo el mundo.
En este sentido, el coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, el doctor Juan Fortea, explicó que “en los últimos años la prevalencia del Alzhéimer ha aumentado de forma considerable en paralelo al incremento de la expectativa de vida y envejecimiento de la población. La edad es el principal factor de riesgo para padecer la enfermedad. Afecta entre un 5 y un 10 % de los adultos mayores de 65 años, unas cifras que se duplican cada 5 años hasta alcanzar una prevalencia de aproximadamente el 50% en la población mayor de 85 años”.
Siempre es un buen día para reivindicar la importancia de la investigación
Los avances en el tratamiento de la enfermedad avanzan lentamente. Sin embargo, cada vez parece que estamos más cerca de un posible tratamiento contra el Alzhéimer. Una nueva investigación da con un posible camino para tratar la enfermedad y detener su avance en nuestro organismo.
En este caso, un grupo de científicos ha usado modelos computacionales y experimentos con microscopios de fuerza atómica. De esta forma han identificado un posible talón de Aquiles en la frustración de los péptidos beta amiloides cuando se acoplan a las fibrillas que forman placas en pacientes con Alzhéimer.
Según publican en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, los pasos frustrados podrían abrir una ventana para medicamentos capaces de tapar los extremos de las fibrillas. De esta manera se evitaría una mayor agregación.
Investigadores de la Universidad de Houston (UH) y de la Universidad de Rice, asociados con el Centro de Física Biológica Teórica (CTBP), con sede en Rice, descubrieron mediante experimentos y cálculos que los péptidos beta amiloides, pequeñas moléculas que abundan en el cerebro, pasan por varias etapas intermedias de frustración mientras se "acoplan y bloquean" a las puntas de las fibrillas en crecimiento.
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