Los andadores o tacatacas para bebés son un peligro

¿Mito o realidad? Todavía existe la creencia popular de que a los niños se les debe enseñar a caminar. Por eso, no es de extrañar que se hayan inventado los andadores de bebés, con la intención de acelerar o estimular el proceso. Sin embargo, la realidad es otra, ya que no solo no ayudan a caminar a los bebés, sino que, además, son una causa muy importante de accidentes infantiles.

Todavía recuerdo mis tardes de pasillo, cuando mis padres me colocaban en un andador y me movía 'a toda pastilla' derrapando por cada esquina de la casa. Eran tardes en las que, impulsada por mis piernas que colgaban del asiento de aquel artilugio, corría de un lado para otro sin importar que todavía no tuviera la destreza psicomotriz para haber empezado a caminar por mi cuenta y sin problema de que hubiese algo por medio para chocarme. Así las cosas, un día nos tocó salir corriendo al hospital, ya que, con la visión de futuro que suelen tener las madres, la mía auguraba que al final me acabaría dando un trastazo y partiéndome el labio.

Desde entonces el andador quedó relegado al trastero y prefirió dejarme en un parque infantil para que pudiera jugar libremente mientras ella se dedicaba a sus tareas.

A día de hoy, todavía se puede ir a cualquier tienda de material infantil y comprar uno de estos andadores. De hecho, hasta han evolucionado en forma, ya que no solo hay disponibles los típicos en los que el niño va sentado, sino que también existen andadores similares a los que utiliza una persona anciana cuando necesita algo de ayuda para caminar, como una especie de carritos que se pueden empujar.

Pero entonces, ¿por qué los andadores no son buenos para los bebés?

Empecemos desde el principio, los andadores o tacatacas para bebés son estructuras rígidas, con un aro exterior, que se sostienen sobre unas patas con ruedas y provistas de un arnés en su interior para colocar al bebé. De esta manera, el pequeño queda de pie con los pies apoyados en el suelo. El hecho de tener ruedas, hace que los bebés se puedan desplazar con un esfuerzo mínimo.

Otro tipo de andadores de bebé son los de arrastre, es decir, consisten en unas estructuras con ruedas donde el niño se agarra de una barra y los empuja. Esto le proporciona estabilidad cuando empieza a caminar y puede avanzar más fácilmente. En este caso el niño no lleva ningún arnés y ha de ser capaz de mantenerse de pie.

Muchos pediatras no recomiendan su uso, no solamente porque son inútiles para enseñar a caminar, sino que además son peligrosos.  La mayoría de los padres tienen la impresión de que un andador mantendrá al bebé entretenido de forma segura mientras ellos hacen otras tareas, o que ayudará al bebé a aprender a caminar. Pero no es así. 

Hasta los 18 meses estamos “a tiempo” para dejar que nuestro hijo se desarrolle a su ritmo y camine solo

Si un bebé no camina es que hay algo que se lo impide, que no está maduro y que necesita tiempo. Esto no quiere decir que los padres no hagamos nada con nuestros hijos… Lo que sí podemos hacer es estimular a que el bebé consiga cada hito del desarrollo: poniéndolo en el suelo para que gatee y jugando muchísimo con él para desarrollar la musculatura que le permitirá caminar.

Todos los niños son diferentes en su ritmo de desarrollo y en sus habilidades. Cada uno tiene su tiempo. Todo llega cuando tiene que llegar. El bebé no se pondrá de pie si su madurez mental no está acorde a esa capacidad física. Por tanto, colocar al bebé en un andador cuando todavía no sabe caminar hace que su mente no sea capaz de reaccionar a ese movimiento. No está en concordancia lo que hacen sus piernas con su desarrollo mental, no puede coordinar los movimientos.

El peligro de los andadores de bebés en cifras

El blog de Mapfre salud recoge cifras que nos hacen pensar sobre el uso de este invento:

• Las alertas de la Asociación Americana de Pediatría y de la Asociación Española de pediatría sobre el uso de andadores está fundamentada en la gran cantidad de accidentes infantiles que causan cada año. Por ejemplo, en Estados Unidos, cada año se producen unas 600 lesiones relacionadas con andadores en niños menores de cuatro años.
• Desde el punto de vista del desarrollo, fisioterapeutas del Reino Unido afirman que los andadores para bebés han podido causar hasta 4.000 lesiones anuales y que distorsionan la capacidad de los niños en el desarrollo de la capacidad visual y de la marcha, debido a que, mediante su uso, la exploración del entorno no es la correcta.
• Países como Canadá han prohibido su uso desde 2004 ya que era la causa más frecuente de traumatismo craneoencefálico en bebés menores de dos años.
• La Alianza Europea para la Seguridad Infantil no recomienda su uso debido al alto riesgo de lesiones que suponen para los niños e insta a los profesionales sanitarios a que no fomenten el uso de los mismos.

En definitiva, por si lo dudabas, los andadores no ayudan a los niños a aprender a caminar

Los bebés aprenderán a andar más deprisa: FALSO. Como hemos dicho antes, cada bebé tiene su propio ritmo y debe estar física y madurativamente preparado para alcanzar cada hito del desarrollo.

Los bebés están más entretenidos y seguros mientras realizamos otras tareas: FALSO. Pensar que el andador es seguro porque es una estructura rígida es un error peligroso. La realidad es otra, ya que, con el andador, los bebés se pueden mover más deprisa y su alcance a cosas u objetos es mayor. Esto puede provocar caídas por escaleras, accidentes con estufas, picos de mesas o estructuras con vidrios.

¿Tan grave es pensar en comprar un andador para mi bebé?

A ver, probablemente no le pasará nada si el bebé utiliza el andador con moderación y control para prevenir accidentes, pero también es probable que sí, y la verdad es que es un artículo perfectamente prescindible.

Pueden utilizarse otros juguetes que sí son seguros como las mesas de actividades sin ruedas, donde los bebés pueden ponerse de pie cuando estén preparados para ello.

Aún así, si vais a comprar un andador, aseguraros de que sean más anchos que una puerta e incluyan un freno para evitar caídas por las escaleras.