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Ser apátrida se trata, en todo caso, de un problema que tiene graves consecuencias para las personas que lo sufren, pues pierden un derecho que sirve como base para acceder a muchos otros derechos importantes que en el mundo contemporáneo se dan por sentados.
Existen personas apátridas en casi todos los países y regiones del mundo, según ACNUR.
Uno de los grupos más afectados son los rohingyas, una minoría predominantemente musulmana que durante décadas han sufrido persecuciones en Myanmar, donde residen. En su caso, el Estado no los reconoce como ciudadanos, porque los considera migrantes procedentes de Bangladesh.
Se calcula que un millón de rohingyas han buscado refugio en los países vecinos de Myanmar debido a la persecución que enfrentan.
En América Latina, el caso reciente más conocido de apatridia es el de decenas de miles de personas nacidas en República Dominicana pero que no se les reconoce como ciudadanos por ser descendientes de migrantes, mayormente haitianos.
¿Qué es ser apátrida?
ACNUR comparte la definición legal internacional de apátrida es “una persona que no es reconocida por ningún país como ciudadano conforme a su legislación”. En términos simples, esto significa que una persona apátrida no tiene la nacionalidad de ningún país. Algunas personas nacen sin estado, pero otras se convierten en apátridas.
La apatridia puede ocurrir por varias razones, incluida la discriminación contra determinados grupos étnicos o religiosos, o por motivos de género; la aparición de nuevos Estados y las transferencias de territorio entre los Estados existentes; y vacíos en las leyes de nacionalidad. Cualquiera que sea la causa, la apatridia tiene graves consecuencias para las personas en casi todos los países y en todas las regiones del mundo.
¿Cuáles son las causas de la apatridia?
- Los vacíos en las leyes de nacionalidad son una causa importante de apatridia. Cada país tiene leyes que establecen bajo qué circunstancias alguien adquiere la nacionalidad o las circunstancias en la que se les puede retirar. Si estas leyes no se escriben adecuadamente y se aplican correctamente, algunas personas pueden ser excluidas y quedar sin nacionalidad. Un ejemplo son los hijos de padres desconocidos en un país donde se adquiere la nacionalidad por ser descendiente de un nacional. Afortunadamente, la mayoría de las leyes de nacionalidad los reconocen como nacionales del Estado en el que se encuentran.
- Otro factor que puede complicar las cosas es cuando las personas se mudan de los países donde nacieron. Un niño nacido en un país extranjero puede correr el riesgo de convertirse en apátrida si ese país no permite la nacionalidad basada únicamente en el nacimiento y si el país de origen no permite que un padre transmita la nacionalidad a través de los vínculos familiares. Además, las normas que establecen quién puede y quién no puede transmitir su nacionalidad a veces son discriminatorias. Las leyes en 27 países no permiten que las mujeres transmitan su nacionalidad, mientras que algunos países limitan la nacionalidad a personas de ciertas razas y etnias.
- Otra razón importante es la aparición de nuevos Estados y cambios en las fronteras. En muchos casos, grupos específicos de personas pueden quedar sin una nacionalidad como resultado de esto, e incluso cuando nuevos países permiten la nacionalidad para todos, las minorías étnicas, raciales y religiosas a menudo tienen problemas para demostrar su vínculo con el país. En países donde la nacionalidad solo se adquiere por descendencia de un nacional, la apatridia pasará a la siguiente generación.
- Finalmente, la apatridia también puede ser causada por la pérdida o la privación de la nacionalidad. En algunos países, los ciudadanos pueden perder su nacionalidad simplemente por haber vivido fuera de su país durante un largo período de tiempo. Los Estados también pueden privar a los ciudadanos de su nacionalidad mediante cambios en la ley que dejan apátridas a poblaciones enteras, utilizando criterios discriminatorios como la etnia o la raza.
Los gobiernos establecen quiénes son sus nacionales. Esto los hace responsables de las reformas legales y políticas que son necesarias para abordar de manera efectiva la apatridia. Sin embargo, ACNUR, otras agencias, organizaciones regionales, la sociedad civil y las personas apátridas tienen papeles que desempeñar para apoyar sus esfuerzos.
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