Lectura fácil
Extravagancia, virtuosismo, colorido y realismo son elementos cada vez más representativos del arte chino contemporáneo, que luce su potencial de futuro alejándose de la crítica política.
Al menos esa es la impresión que causa la feria Art Beijing 2019, que entre el 30 de abril y el 3 de mayo celebra su decimocuarta edición con la presentación de más de 190 galeristas de veinte países y regiones.
Entre el público asistente al evento, consolidado como la mayor feria de arte del país asiático, se encuentran tanto familias y curiosos como interesados en la adquisición de alguna de las joyas que pueblan un inmenso pabellón del centro de la capital china.
El consumismo y la crisis climática en el centro de la crítica
Pese a la total ausencia de críticas al régimen comunista (todas las obras obtuvieron el visto bueno del Gobierno antes de ser expuestas), los artistas chinos, jóvenes en su inmensa mayoría, no han eludido tratar temas de vigorosa actualidad en sus creaciones.
Es el caso, por ejemplo, del consumismo desenfrenado, omnipresente a través de multitud de obras de "arte pop", o del propio cambio climático, enfrentado al público a través de numerosos cuadros con animales.
Entre las obras más aclamadas de la feria están unas Torres Gemelas "alternativas", con frondosos árboles brotando de sus costados en lugar de llamas y unos paracaidistas sobrevolando el cielo.
El hiperrealismo también goza de un lugar privilegiado en el evento, con un buen número de muestras encargadas de crear confusión entre los visitantes, que son incapaces de discernir a simple vista si se trata de un dibujo o una fotografía.
Fotografía, escultura y realidad aumentada
No todo aparece consagrado al óleo en Art Beijing 2019. Fotografía, escultura y hasta experiencias en realidad aumentada hacen las delicias del público, con espacios dedicados al jolgorio de los más pequeños.
Tampoco faltan las composiciones minimalistas tan características del mercado de arte actual, obras en apariencia simples y huecas, pero cuyo valor, superior en algunos casos a 40.000 yuanes (5.940 dólares o 5.300 euros), dispara el interés de los más ávidos compradores.
De hecho, es este arte excéntrico, más llamativo que trascendente, uno de los que más se ha hecho notar en la feria; un arte no concebido para el público internacional, sino basado en las particularidades y gustos propios del consumidor chino.
El arte europeo repite en Art Beijing 2019
Para Benjamín Carracedo, artista zamorano que acude por décimo año consecutivo al evento, la feria todavía conserva gran parte de su atractivo, debido a un público chino que, pese a todo, está "ansioso" por ver obras traídas de Europa.
"Es más fácil vender aquí diez piezas que una o dos en Europa", sostiene el creador.
Por su parte, cada vez más galerías privadas europeas se plantean dar el salto a las ferias de arte asiáticas. En este sentido, Alina Gromova, directora y fundadora de la galería de arte contemporáneo 'Faust Dream', reitera la importancia de dejar de dar la espalda al mercado asiático debido a su creciente papel en la esfera artística internacional.
"La oferta artística China es cada vez más interesante, algo que esta influyendo muy positivamente en el crecimiento del mercado de arte chino. Los artistas europeos deben comenzar a mirar al gigante asiático como una tierra de enormes posibilidades", afirma la empresaria.
Un punto de encuentro entre culturas
Aunque la presencia china es mayoritaria, la cita también sirve como punto de encuentro entre culturas, destaca Marek Wolfryd, artista mexicano y confundador de Ladrón Galería.
La propuesta central de su puesto recibe el nombre de 'Misión Águila', un proyecto que tiene a la Sunrise Corporation como protagonista: una empresa emplazada en un futuro alternativo que trata de vender el sol y cuya imagen es nada menos que Morgan Freeman.
"China es un país totalmente diferente. Creo que es un momento para encontrarnos y ver qué es lo que están haciendo otras personas. Las ferias ayudan mucho a eso, más allá de los negocios que pueda haber", afirma Marek.
El Instituto Cervantes de Pekín cierra el sello hispano en la feria con una muestra que enfrenta a cuatro artistas contemporáneos de Aragón con los surrealistas de principios del siglo XX, entre los que están Pablo Serrano, Antonio Saura y Francisco de Goya.
El objetivo de la exposición no sería otro que el de servir como "punto de inicio", puesto que todo lo expuesto en eventos como Art Beijing "parte de los grandes clásicos", afirma la conservadora de arte aragonesa Sara Lugo.
Para ella, lo más característico de la feria y del arte chino contemporáneo en general son las "reminiscencias de arte pop", que aportan un "punto de excentricidad" a sus obras.
"La apertura de China ha cambiado muchísimo el panorama. Creo que esa alegría es lo que da ese punto más "pop" y más fresco a su arte, aunque no debería quedarse sólo ahí ni olvidar el mensaje reivindicativo", concluye la experta.
Añadir nuevo comentario