Johanna van Gogh-Bonger, la cuñada del famoso pintor Vincent van Gogh, fue la mujer que consiguió ponerle en el plano artístico profesional tras su muerte.
Así pues, religión y arte, quedan unidos para dar lugar a lo que se denomina arte sacro, conformado por una serie de obras y producciones artísticas subordinadas a la fe y al amor que se siente por Dios.