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La Asociación Fraternidad, fundada hace más de cuatro décadas en la localidad de Serantes, Tapia de Casariego, ha demostrado con creces que la discapacidad es solo una etiqueta, un rótulo incapaz de definir la esencia y el potencial de quienes forman parte de esta gran familia.
Eva Martínez, una de sus integrantes, es el vivo ejemplo de esta filosofía. Su habilidad para desenvolverse en un estudio de radio y su facilidad para conectar con los oyentes la convierten en una auténtica maestra de las ondas. Con pasión y convicción, Eva reafirma que lo importante no es lo que no se puede hacer, sino todo lo que sí es posible.
La historia de la Asociación Fraternidad en Tapia de Casariego
El Centro de Apoyo a la Integración (CAI) de la asociación reúne a 60 usuarios que, como ella misma describe, funcionan como una gran familia. Aquí se fomenta la participación en actividades tan diversas como la restauración de muebles, la horticultura y talleres de cocina, además de otros enfocados en celebraciones y eventos especiales. Eva destaca con orgullo que en Fraternidad no hay barreras infranqueables: “Lo podemos hacer, somos capaces de todo”.
La historia de Asociación Fraternidad se remonta a 1982, cuando un grupo de familias de la zona decidió unirse para crear un espacio donde sus seres queridos pudieran desarrollar al máximo sus capacidades.
Con el tiempo y mucho esfuerzo, la Asociación Fraternidad ha crecido y se ha diversificado, contando ahora con dos pilares fundamentales: el CAI y una residencia que sirve como hogar para 30 personas.
En conjunto, ambos servicios atienden a más de un centenar de personas, siempre con la premisa de que son los propios usuarios quienes hacen grande a la asociación.
Actividades de inclusión y apoyo a personas con discapacidad: el arte para romper barreras
Entre las numerosas iniciativas que impulsa Asociación Fraternidad, destaca el Calendario de 2025, un proyecto que fusiona arte y sensibilidad. Los usuarios se transforman en protagonistas de célebres obras, como El beso de Gustav Klimt, El grito de Edvard Munch y Niña con globo de Banksy, una representación encarnada por la propia Eva Martínez. Ella comparte emocionada los detalles de esta obra, que captura la esencia de cómo el arte puede derribar barreras y conectar emociones.
El fotógrafo Jaime Pola, quien lideró el proyecto, supo captar la profundidad emocional de cada participante, según afirma Mayca González, directora de la asociación. Para ella, este calendario no es solo un objeto visual, sino una declaración de principios: el arte puede comunicar lo que a veces las palabras no logran expresar. “Es casi una pieza de arte y una muestra de que las personas con discapacidad tienen un talento que merece ser reconocido”, explica Mayca.
El calendario solidario de 2025: arte y discapacidad
El calendario se comercializa en diferentes puntos del Occidente asturiano y Ribadeo, y también puede adquirirse a través de las redes sociales de la asociación. Además, Asociación Fraternidad promueve encuentros con empresarios para fomentar la integración laboral, demostrando que las personas con discapacidad están más que capacitadas para desempeñar diversos roles en el ámbito profesional.
Adán Fernández, responsable de medios y calidad, subraya el compromiso de Asociación Fraternidad con la transparencia, reflejado tanto en su web como en sus acciones diarias. Por su parte, Eva concluye la entrevista agradeciendo en nombre de los usuarios y recordando que el calendario no solo retrata a los participantes, sino que transmite un mensaje de confianza y autenticidad. Así, Fraternidad sigue siendo un hogar y un espacio donde las etiquetas desaparecen y lo que realmente importa es la riqueza humana.
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