
Lectura fácil
Las últimas observaciones han traído buenas noticias para la comunidad científica y la población en general: el riesgo de colisión del asteroide YR4 con la Tierra se ha reducido drásticamente. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha actualizado sus cálculos y ahora estima que la probabilidad de impacto el 22 de diciembre de 2032 es de apenas un 0,16 %. Esta cifra contrasta significativamente con las previsiones anteriores, que indicaban un preocupante 3 %, es decir, casi 20 veces más de lo que se estima actualmente.
A raíz de estos datos más precisos, la NASA ha ajustado su evaluación del riesgo en la Escala de Turín. Inicialmente, este asteroide había alcanzado un nivel 3, el más alto registrado en las últimas dos décadas. Sin embargo, la nueva información ha permitido reducir su nivel de riesgo al 1. No obstante, la agencia estadounidense todavía mantiene su estimación de probabilidad de impacto en un 2,8 %.
Observaciones adicionales en marcha del asteroide
Aunque las nuevas estimaciones han disminuido la amenaza, la comunidad astronómica sigue atenta. Aún falta por incorporar a estos análisis los datos del telescopio espacial James Webb, el más potente jamás construido. Este telescopio, ubicado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, observará el asteroide durante la primera semana de marzo. Sus mediciones permitirán una evaluación aún más precisa de su trayectoria y características.
Otro aspecto clave es el tamaño del asteroide YR4, que en un principio se estimaba en hasta 100 metros de diámetro. Sin embargo, el Gran Telescopio de Canarias (GTC), el mayor del mundo en el rango óptico, ha realizado el mejor espectro hasta la fecha, permitiendo afinar su tamaño real. Los nuevos datos indican que su diámetro máximo es de aproximadamente 60 metros, lo que representa una reducción del 40 % respecto a la estimación inicial. Además, se ha determinado que su composición es rocosa con elementos de hierro.
La contribución española en la investigación
España juega un papel clave en el estudio del asteroide YR4. El grupo de Sistema Solar del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) forma parte del esfuerzo internacional por monitorear su trayectoria con la mayor precisión posible antes de que deje de ser visible en abril. Esta labor es crucial para refinar las predicciones sobre un posible impacto en 2032.
El Gran Telescopio de Canarias, situado en el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma y con un espejo primario de 10,4 metros, ha sido fundamental en la caracterización del YR4. Gracias a sus datos, el rango de tamaño del objeto ha sido reducido de la estimación inicial de entre 40 y 100 metros a un intervalo más preciso de 40 a 60 metros.
A la espera de nuevos datos
El equipo liderado por la investigadora del IAC, Julia de León Cruz, ha confirmado que YR4 es de naturaleza rocosa y compuesto principalmente por silicatos de hierro y magnesio. Según la experta, la clave ahora es seguir recopilando datos hasta que la incertidumbre sobre su órbita se reduzca al punto de descartar por completo un impacto.
"Esperamos que, con más observaciones, la región de incertidumbre se haga cada vez más pequeña y la Tierra quede fuera de ella, eliminando así la posibilidad de impacto", explica de León Cruz. No obstante, advierte que si no se logra descartar completamente el riesgo antes de mayo, cuando el asteroide deje de ser visible, habrá que esperar hasta 2028, cuando vuelva a ser observable y se puedan obtener nuevas mediciones para actualizar las predicciones.
Por ahora, la comunidad científica sigue monitoreando de cerca al asteroide YR4, con la esperanza de que en los próximos meses las probabilidades de impacto lleguen finalmente a cero.
Añadir nuevo comentario