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Los ataques epilépticos son uno de los síntomas más comunes de esta enfermedad, y a la vez son los de mayor riesgo. La epilepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta a la actividad eléctrica del cerebro. Las personas que la padecen, pueden llegar a experimentar estos ataques que se materializan en convulsiones recurrentes, que son episodios de actividad eléctrica anormal en el cerebro.
Los ataques epilépticos pueden pueden manifestarse de diferentes maneras, desde movimientos involuntarios en una parte del cuerpo hasta pérdida de conciencia y movimientos convulsivos en todo el cuerpo. Desde la medicina y la ciencia, tradicionalmente se creía que estos aparecían de forma totalmente aleatoria, hasta las últimas investigaciones al respecto, utilizando escalas temporales que demostraron un patrón. Ahora, un equipo de investigación ha dado con otros dos factores que podrían ser claves.
Los ataques epilépticos podrían mantener una estrecha relación con el cortisol
Recientemente, se ha publicado un estudio internacional en la revista científica 'PLOS Computational Biology', liderado por Isabella Marinelli, investigadora del Centro de Modelización de Sistemas y Biomedicina Cuantitativa (SMQB) de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido. Esta publicación explora la relación entre los ataques epilépticos y su conexión con otros factores tanto internos como externos de los pacientes.
En sus investigaciones, que consistieron en una monitorización de 107 personas con epilepsia generalizada idiopática, durante 24 horas al día, pudieron encontrar una clara dinámica del cortisol, la transición de las fases del sueño, o ambas cuestiones, como principales detonantes de los ataques epilépticos. El cortisol es la hormona encargada de regular los niveles de estrés en nuestro cuerpo, además de cumplir otras funciones importantes como la de tener algo más de energía por las mañanas para empezar el día.
"Nuestros hallazgos aportan pruebas conceptuales de que los patrones de sueño y los cambios en la concentración de cortisol son factores fisiológicos subyacentes a los ritmos de las descargas epileptiformes", remarcaba Marinelli en la investigación. "Nuestro planteamiento matemático proporciona un marco para comprender mejor qué factores facilitan la aparición de la actividad de las DE y, potencialmente, desencadenan los ataques que pueden ser tan debilitantes para los enfermos de epilepsia".
Más de 65 millones de personas con epilepsia
La epilepsia es una enfermedad más común de lo que podemos llegar a pensar. "Alrededor de 65 millones de personas padecen epilepsia en todo el mundo, y muchas de ellas informan de factores desencadenantes específicos que aumentan la probabilidad de sufrir ataques epilépticos, entre los cuales los más comunes son el estrés, la falta de sueño y la fatiga", explica la investigadora, aportando una mayor validación a sus hallazgos.
De hecho, en la información recogida a lo largo de la investigación, señalan momentos específicos en los que los ataques epilépticos incrementaban su frecuencia. Estos eran momentos como la primera hora de la mañana y situaciones de estrés, dos situaciones en las que el cortisol se activa de forma más elevada en nuestro cuerpo. Por último, la noche también fue especialmente señalado, aunque Marinelli aclara que "el sueño por sí solo no puede explicar los cambios en la probabilidad de experimentar un ataque", y que esto sugiere la necesidad de una combinación con el cortisol.
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