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Llevamos la última semana de abril con el calor por las nubes, y nunca mejor dicho, porque la mitad sur del país y el valle del Ebro han experimentando entre 30 y 40 grados de temperatura.
Según la Aemet, esto se debe a una masa de aire que procede del norte de África, lo que ha hecho que los termómetros se posicionen con 15 grados más de lo habitual.
Esto es algo nada habitual para la época del año en la que nos encontramos, y es que hasta las noches han sido calurosas, como desde ayer jueves, que han vivido la primera noche tropical, de más de 20 ºC en la zona sur de la península y el área mediterránea.
Las temperaturas con un calor anormal, causan estragos en nuestra salud
Los expertos alertan de que nunca se esperaba este calor para un mes de abril, y recuerdan que la última vez que se dieron dichas temperaturas fueron a mediados de mayo del pasado 2022.
Además, cabe destacar que en el mismo periodo de tiempo en el 2022, el sistema de vigilancia de mortalidad MoMo, elaborado por el Instituto Carlos III, registró 73 muertes a causa del frío, y este año, el riesgo existe, pero del lado contrario, por el calor tan extremo que se está viviendo.
Se trata de un mes que se caracterizaba por temperaturas suaves, agradables. Aún así, cabe destacar que las muertes atribuibles a las temperaturas ocurren por el efecto que causan en las personas y no por el exceso.
Pero las alertas ahí están, y es por ello que desde Sanidad ya lanzaron una campaña para cuidarnos del calor extremo, conocida como 'Cuida tu salud y la de las personas vulnerables siguiendo estas recomendaciones'.
Por su parte, los expertos del la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) alertan de que el organismo no está acostumbrado al calor que debe hacer en meses como junio y julio.
Hay zonas en las que se despiertan con 5 o 6ºC y a medio día llegamos a 35ºC, lo que muestra el factor de riesgo, que no nos deja pasar por esa fase de adaptación que debemos de pasar de forma progresiva, y es que a más de uno nos ha pillado sin hacer el cambio de ropa, y con los abrigos colgados en el perchero.
La falta de esa adaptación progresiva es lo que causa el riesgo de mortalidad
Los golpes de calor no se van a poder evitar. Cabe recordar que en julio del 2022, más de 700 personas murieron por esta causa, pero no lo hicieron por las altas temperaturas, sino por las consecuencias que surgen a medio y largo plazo, lo que conocemos por estrés térmico.
"La primera consecuencia de este estrés térmico es la deshidratación, no es una deshidratación por golpe de calor, sino inadaptada. No estamos acostumbrados a beber agua como en verano, pensamos que estamos en otra época del año y hay un riesgo de deshidratación que conlleva un desequilibrio metabólico. Si son pocos días, va a haber una descompensación de las patologías crónicas, insuficienticas cardiacas, renales y a la larga puede tener unas consecuencias graves, como alteración orgánica, descompensación metabólica y fallo multiorgánico que llega a provocar la muerte, como el año pasado con las dos olas de calor de julio", explica Lorenzo Armenteros, portavoz del SEMG.
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