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Desde la llegada de Internet y su rápido avance en ir ocupando cada vez más espacios de nuestras vidas y de formas muy diferentes, han surgido grandes ventajas, pero también importantes inconvenientes con su uso. Uno de ellos, aunque algo más colateral, es el 'binge watching', un anglicismo, que como muchos otros se van adaptando de los entornos de internet. Este en concreto viene a hacer referencia a la 'adicción de televisión'.
Dicho así, el 'binge watching' no suena a nada nuevo. Cuando esas televisiones con 'traseros' enormes y antenas llegaron a las casas de forma masiva, también ocasionaron un problema similar. Muchas personas, en especial los más pequeños, se pasaban horas y horas de la 'caja tonta', consumiendo producto audiovisual. Sin embargo, la televisión contaba con un hándicap: que estaba anclada a un lugar y a unos horarios determinados. Algo que ahora se ha cambiado por completo.
Lo fácil que es caer en el 'binge watching'
Con la llegada de las nuevas tecnologías y un internet cada vez más rápido, el tiempo y el espacios apenas tienen sentido. Tanto si estas en el tren, tomando un baño, preparando la comida, cenando, en un parque, o incluso caminando, a pesar de lo peligroso que esto último pueda ser, puedes estar consumiendo contenido audiovisual desde tu móvil u otro dispositivo digital, incluso sin internet. Esta es la principal diferencia y lo que hace del 'binge watching' moderno más peligroso que el de antes.
Disfrutar de una buena serie o película, sin publicidad, sin tener que esperar a la semana siguiente para que salga el siguiente capítulo, o sin tener que pelearte con nadie por la tele, sin duda tiene muchas ventajas y también nos ayuda a relajarnos, disfrutar y en mucho casos incluso a aprender cosas nuevas. Sin embargo, el problema viene cuando consumir contenido audiovisual se convierte en algo totalmente adictivo.
¿Me puede estar pasando a mí?
Pero, ¿Cómo podemos saber que estamos sufriendo un caso de 'binge watching'?, bueno, como en casi todas las adicciones, siempre hay niveles y en cada uno los 'síntomas' pueden ser diferentes y más o menos peligrosos. Lo primero que debemos preguntarnos es si ver series nos está generando dificultades en nuestro entorno. Por ejemplo, que dejemos la casa desatendida, a nuestras relaciones, o incluso a nosotros mismos, por "ver un capítulo más".
Esto se responde casi por si solo, porque si vemos series o películas en exceso y de forma constante, nuestro entorno, que pierde nuestra atención, empezará a estar muy probablemente desordenado y descuidado. No es lo mismo que un enganche puntual a una buena serie, que el 'binge watching'. Lo siguiente es preguntarnos ¿Por qué no dejo de ver series? es posible que estemos atravesando por un momento complicado a nivel emocional y lo utilicemos como evasión.
El impacto psicológico
De ser así, el 'binge watching' puede llegar a tener un impacto emocional y psicológico complejo, o incluso llegar a generarlo. Al no prestarle atención a nuestro entorno o a nosotros mismos, corremos el riesgo de potenciar la disociación, además de empezar a alejarnos más de la realidad en la que estamos inmersos. Si no somos capaces de dejar las plataformas durante algunas horas o días, y la ansiedad nos supera, es momento de pedir apoyo.
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