Lectura fácil
Unos 1.600 millones de personas viven a menos de cinco kilómetros de un bosque, de las cuales el 64,5 % residen en países tropicales y el 71,3 % en naciones pobres o de ingresos medios.
¿Qué beneficios tiene vivir en la naturaleza?
Así se recoge en un estudio publicado en la revista One Earth a partir de datos de 2000 y 2012. El trabajo fue liderado por Peter Newton, profesor de estudios ambientales en la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos).
Según Newton, "hasta ahora no ha habido datos en absoluto sobre cuántas personas viven en los bosques y sus alrededores en todo el mundo. Este trabajo fue un paso inicial para intentar cuantificar la población objetivo potencial para proyectos que analizan los medios de vida de las personas en un entorno forestal".
La relación espacial entre las personas y los bosques en todo el mundo
A su juicio, vivir cerca de uno no significa necesariamente depender de él para ganarse la vida, puesto que, según Newton, personas que dependen de ellos se refiere ampliamente a quienes obtienen algunos beneficios forestales y personas cercanas a uno simplemente asocia la relación espacial entre las personas y los bosques.
Para trazar un mapa de la relación espacial entre las personas y los bosques en todo el mundo, Newton y sus colegas combinaron los datos de cobertura forestal y densidad de población humana en 2000 y 2012.
Contaron el número de personas que vivían a menos de cinco kilómetros de la frontera de algúno, que definieron como cualquier área con más del 50 % de cobertura arbórea en más de dos hectáreas, pero excluyeron las áreas urbanas con una población superior a las 1.500 personas por kilómetro cuadrado.
La amígdala cerebral juega un papel importantísimo en el procesamiento del estrés
Asimismo, algunos estudios han demostrado que los habitantes de ciudades tienen un mayor riesgo de enfermedades psiquiátricas como la depresión, los trastornos de ansiedad y la esquizofrenia, en comparación con los habitantes de zonas urbanas.
En la misma línea, al comparar ambos cerebros según el lugar de residencia, se aprecian niveles más altos de actividad en la amígdala de las personas que viven en ciudades que en las que viven en el campo. La amígdala cerebral juega un papel importantísimo en el procesamiento del estrés y las reacciones al peligro.
¿Qué efecto tiene la naturaleza cerca de las viviendas?
Así que los científicos se preguntaron qué factores podrían tener una influencia protectora para las personas que viven en las urbes. Por ello, un equipo de investigación, liderado por la psicóloga Simone Kühn analizó qué efecto tenía la naturaleza cerca de las viviendas, como por ejemplo un bosque, un parque o incluso una zona baldía, en regiones cerebrales que procesan el estrés, como la amígdala.
Según la líder del trabajo, "la investigación sobre la plasticidad del cerebro respalda la suposición de que el entorno puede dar forma a la estructura y función del cerebro. Por eso nos interesan las condiciones ambientales que pueden tener efectos positivos en el desarrollo del cerebro. Los estudios con participantes rurales ya han demostrado que vivir cerca de la naturaleza es buena para la salud y bienestar mental. Por lo tanto, decidimos examinar a los habitantes de la ciudad".
Los expertos encontraron una asociación entre el lugar de residencia y la salud del cerebro. Concretamente, los habitantes de las ciudades que vivían cerca de un bosque tenían más probabilidades de mostrar indicadores de una estructura de amígdala fisiológicamente saludable y, por lo tanto, más capaces de sobrellevar el estrés, que los que no tenían cerca ni rastro de naturaleza.
Añadir nuevo comentario