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Los botellones son uno de los problemas no solo para los vecinos de las localidades costeras más conocidas de nuestro país sino de las grandes ciudades ahora que se reanuda el año académico en la universidad. Este problema ha existido desde hace décadas ya que, las consumiciones en los bares son muy caras y la gente joven apostó por comenzar a beber en la calle.
Sin embargo, esta práctica ha sido apoyada en ocasiones por las administraciones públicas municipales con la construcción de “botellódromos”. Los botellódromos son grandes explanadas donde la gente joven puede beber sin miedo a mojarse o sin miedo a aglomeraciones.
Los botellones no se han visto frenados por el Covid – 19
El botellón es parte de la cultura española desde hace décadas. Podemos definirlo como reuniones sociales en la calle en las que la juventud lleva su propia bebida. Los botellones podrían haber sido uno de los frentes de batalla de cara al Covid – 19. Sin embargo, los jóvenes han retado al virus saliendo y aglomerándose con el botellón durante todos los fines de semana durante el verano.
Las zonas más afectadas por el botellón se han localizado en enclaves como la villa cántabra de Noja, ciudades del País Vasco como Bilbao o San Sebastián, algunos puntos del Mediterráneo como Barcelona, Valencia o Alicante y ciudades sureñas como Málaga, Cádiz o Sevilla. Algunas zonas de nuestro país están acabando con las restricciones del Covid – 19. El objeto de las mismas es terminar con el botellón y controlar los aforos tanto dentro como fuera de los establecimientos hoteleros.
¿Cuál será la multa por hacer botellón?
A partir de este verano, las administraciones locales apuestan por ser duras contra quienes hagan botellón. El diario valenciano Las Provincias recogió este verano que las primeras multas por este tipo de prácticas irán desde los 600 hasta los 30.000 euros y los reincidentes deberán abonar desde 30.001 hasta 60.000 euros. Han afectado a todos los municipios de la Comunidad Valenciana independientemente de si estaban afectados por el toque de queda o no.
El Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) realizó la siguiente afirmación: “La evolución de la pandemia en la actualidad se caracteriza porque la mayoría de los nuevos casos identificados están ocurriendo en población joven no vacunada, asociados a la concurrencia de eventos super-diseminadores o a la celebración de reuniones familiares o de amigos en la esfera privada, que suponen el 68,5 % de los brotes activos en el ámbito social”.
Asturias también ha impuesto sanciones ejemplares desde hace años para combatir el botellón
Algunas localidades del Principado de Asturias cuentan con ordenanzas municipales para combatir el botellón. Es el caso de Llanes que, desde 2010 impone multas de entre 100 y 750 euros. El castigo es de entre 1.501 a 3.000 euros cuando la concentración de personas «pueda alterar gravemente la pacífica convivencia ciudadana». Una actitud similar en Ribadesella sería considerada infracción muy grave, pero la multa no pasaría de los 1.500 euros.
La capital asturiana, Oviedo, sanciona el consumo de bebidas en la calle aunque no menciona la palabra “botellón”. Se sanciona solo si supone molestias, basura o hay menores, y deja en un apercibimiento la organización y asistencia pero de no hacer caso o estar ya tomando alcohol la cosa pasa de los 750 a los 1.500 euros.
Los botellones pasan de la costa a las grandes ciudades
El fin del verano traslada el botellón de las ciudades costeras a las grandes ciudades debido al comienzo del curso escolar y el curso universitario. En las últimas semanas, las citas del botellón se han dado en el centro de Barcelona o Bilbao o en zonas con gran afluencia en la capital española como Ciudad Universitaria.
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