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La victoria de España en el Mundial de Fútbol femenino de este año no solo ha supuesto un hecho histórico para nuestro deporte, ni tan solo un punto de inflexión para demostrar que el fútbol femenino también interesa e importa. Lo más relevante ha sido la fuerza que han ganado las jugadoras para denunciar injusticias dentro de la estructura federativa, remarcando sobre todo la vergonzante brecha salarial que todavía persiste para estas deportistas.
Hace escasas semanas las jugadoras llamaron a la huelga como método para hacerse oír y luchar por sus derechos, sobre todo después de lo ocurrido con el caso de Rubiales y Jenni Hermoso. La indignación de estas jugadoras profesionales por sus condiciones había tocado ya su límite. Una de las principales exigencias era el de poner cartas sobre el asunto para revertir la situación de la brecha salaria que llevaban años aceptando.
La brecha salarial en el fútbol: 9 veces menos salario para las futbolistas femeninas
¿Qué pensarías si tu compañero de trabajo, solo por el hecho de ser hombre, ganase un salario 9 veces mayor al tuyo, haciendo lo mismo? Algo que parece tan absurdo y que lo cierto es que resulta bastante indignante, es lo que han tenido que aguantar las jugadoras profesionales de fútbol en nuestro país, y que todavía van a tener que seguir soportando. La brecha salaria en el deporte es una de las mayores y siempre se socapa bajo el argumento de: "es porque tienen menor visibilidad".
Pablo Vilches, director ejecutivo de la Liga profesional de Fútbol Femenino, así lo defendía en una entrevista para RTVE donde aseguró que: "Tenemos que tener en cuenta que los beneficios audiovisuales masculinos son de 2 mil millones de euros, por temporada. En el caso del fútbol femenino la media es de 7 millones". Pero, ¿Esta diferencia justifica del todo la brecha salarial que sufren las deportistas?
Los primero que tenemos que saber es que hasta escasas semanas, las futbolistas profesionales de nuestro país tenían un salario mínimo de 16.000 euros brutos al año, un camarero sin estudios puede llegar a cobrar más que esto, mientras que los futbolistas masculinos tienen un salario mínimo de 180.000 euros. No hace falta más que decir sobre la brecha salarial. Con la herramienta de la huelga, las jugadoras han conseguido que su salario incremente hasta los 21.000 euros, que sigue escaso.
Además de esto, nos encontramos con otra dificultad. Las empresas que negocian los convenios son diferentes para hombres que para mujeres. Mientras que en el primer caso es la Liga la que negocia, en el segundo lo hace la Liga F, pero son los clubes los que finalmente pagan a sus jugadores, por lo que un mismo club puede tener un convenio diferente para hombres que para mujeres.
No poder vivir de tu profesión
Para entender mejor esta cuestión sobre la brecha en el fútbol español, sin caer en argumentos sobre patrocinios o éxitos, es importante saber que la base de la que se parte ya de por sí es diferente y es aquí donde se encuentra la desigualdad.
Los hombres parten de salarios mínimos de 180.000 euros, a los que se les añade bonos, pluses y todo lo que ganen por la publicidad, mientras que el de las mujeres parte de los 21.000, lo que hace que muchas no puedan vivir de su carrera deportiva. Según señala RTVE, la Federación Internacional de Fútbol avisa de que el 85 % de las mujeres a nivel internacional, deja el fútbol a los 25 años por esta brecha salarial, ya que solo el 10 % puede vivir de su trabajo.
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