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Todo buen aventurero sabe que existen varios métodos para orientarse en la naturaleza, como la posición del sol o las estrellas. Sin embargo, una de las herramientas más útiles para evitar perderse (además del GPS y las aplicaciones de mapas en el móvil) es la brújula, siempre que se sepa utilizar correctamente.
La brújula ha sido compañera de los viajeros a lo largo de la historia, ayudándoles a alcanzar su destino de una manera simple: señalando el norte magnético, no el geográfico. Esta indicación es suficiente para quienes saben interpretarla, siendo especialmente útil en entornos naturales, donde las referencias suelen ser escasas y la desorientación es fácil.
Consejos esenciales para utilizar correctamente una brújula
Uno de los primeros consejos al utilizar una brújula es hacerlo antes de perdernos, ya que una vez que estamos perdidos, resulta más difícil orientarnos. Otro consejo es evitar usarla cerca de objetos metálicos, ya que pueden interferir con su funcionamiento. Además, es recomendable acompañarla de un mapa, aunque no siempre sea necesario, y colocarla sobre una superficie plana. Para orientarnos, debemos identificar nuestro objetivo y poner el instrumento en la palma de la mano, apuntando hacia él.
Luego, es necesario girar el limbo de la brújula (que señala los cuatro puntos cardinales y está dividido en 360º) hasta que la aguja magnética (que normalmente tiene dos colores, siendo el rojo el que señala el norte) coincida con la flecha orientadora. Al recordar esta posición, solo tendremos que alinear la aguja con la flecha cada vez que queramos reorientarnos. Se aconseja establecer puntos intermedios, que se superan poco a poco hasta llegar al destino final.
Esta explicación es una versión simplificada del uso de las brújulas; en la práctica, también debemos considerar la diferencia entre el norte magnético y el geográfico para garantizar que el rumbo sea exacto. Además, por mucho que nos orientemos con las brújulas, nunca está de más llevar un móvil con la batería cargada, por si acaso.
¿Por qué las brújulas siempre apuntan al norte?
Como mencionamos antes, se recomienda no usar la brújula cerca de objetos metálicos o imanes, ya que podrían interferir. Esto se debe a que las brújulas siempre apuntan hacia el norte debido al magnetismo de la Tierra, que actúa como un gigantesco imán. El campo magnético generado por el polo magnético norte terrestre hace que la aguja esté magnetizada, se oriente hacia él.
La aguja está diseñada para moverse libremente, permitiéndole girar y localizar siempre el punto que atrae. La aguja magnetizada tiende a alinearse con la dirección del campo magnético natural de nuestro planeta, cuyas líneas confluyen en los polos magnéticos, cercanos a los polos geográficos.
La brújula señala el norte magnético, mientras que los mapas muestran el norte geográfico. Por lo tanto, si deseamos orientarnos utilizando ambos, es importante tener en cuenta esta diferencia para ajustarla correctamente.
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