La España vaciada es una realidad, y muchos son los pueblos que se ven completamente desiertos o con poco vecinos, a punto de desaparecer.
Muchos ya han sucumbido a esta triste situación. Sus calles ya no se malgastan con el pasar de la gente, las puertas de las casas no reciben timbrazos y los buzones no tienen correspondencia alguna.
Es muy triste, ver como los muros se caen, los tejados se derrumban y las calles se quedan en un silencio sepulcral. Un silencio que asusta.
La España vaciada clama a grito porque existe, y hay pueblos en los que hay vida, que tiene que ser atendida
Son variadas las medidas que han llevado a cabo muchos pueblos de la denominada España vaciada, que se han llevado a cabo para volver a darle vida a las arterias de cada pueblo.
En algunos se han regalado casas y hasta puestos de trabajo para que la población vuelva a ellos. En otros se ha hecho lo mismo, pero enfocado al turismo extranjero, para que cuando estos se jubilen, tengan un lugar tranquilo donde retirarse.
En otras zonas de la España vaciada se ha llevado la conexión a Internet, aprovechando que con la pandemia y el agobio de los pisos pequeños en las grandes ciudades, y el auge del teletrabajo, muchas personas decidieron adquirir casas en pueblos pequeños, para buscar esa paz que las ciudades les habían robado. Otros, simplemente volvieron a sus raíces.
El caso es que el deseo de la desintoxicación de la vida rápida que ofrecen las ciudades ha crecido mucho, y ya no solo la pandemia fue el aliciente para que los pueblos y zonas de la España vaciada, sirvieran como la mejor opción a dejar de pisar el acelerador de la vida y buscar tranquilidad y calidad.
Una novedosa idea para dar voz a esta situación
El caso, es que hasta ahora se había hecho de lo más variado por la España vaciada y rural, pero desde Murcia han roto los esquemas, y han querido dar voz a esas zonas desaparecidas o en riesgo de desaparición de la forma más original y reivindicativa posible.
La pedanía de Peña Zafra de Abajo, en Murcia, ya se está quedando sin gente, y 16 habitantes han tenido que ingeniárselas para poder sobrevivir.
De esta forma, la asociación de vecinos de la pedanía quiso salir en un calendario de desnudos, con el fin de mostrar las virtudes de su pueblo.
Por ejemplo, en la foto superior, Juanjo muestra su mejor cosecha de calabazas para un noviembre de foto. "Las pasé canutas, hacía un frío terrorífico esa noche" afirma.
Otra vecina, Antonia, hace ganchillo en mayo: "Estoy dispuesta a hacerlo una y las veces que sean necesarias". Y así fueron convirtiéndose en auténticos modelos para los fotógrafos.
Este calendario que muestra a la España vaciada y rural, ha contado con personas que quieren que su pueblo sobreviva, y evitar que esto se siga extendiendo a más territoritorios, y además, porque el mundo rural, tiene una gran importancia para España, y eso no lo podemos olvidar.
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