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Si bien los científicos llevan décadas alertando del aumento de temperaturas debido a la acción humana, el último informe informe internacional de Naciones Unidas puso aún más de relieve la necesidad de tomar políticas urgenes para evitar que el cambio climático no suponga efectos devastadores sobre el planeta.
Uno de los efectos del calentamiento global es la sucesión de fenómenos extremos cada vez más frecuentes y dañinos, que en 2021 han venido en forma de borrascas, incendios y más días de temperaturas extremas.
Muestra del cambio climático fue la borrasca Filomena, el temporal más tosco que ha sufrido este país en el último medio siglo, pero también incendios como el de Sierra Bermeja (Málaga), que calcinó 10.000 hectáreas a finales de octubre. De la veintena de grandes incendios forestales que han asolado diferentes regiones naturales de España, el de Navalacruz (Ávila), calcinó más de 22.000 hectáreas en agosto.
Cambio climático: julio de 2021 ha sido el mes más caluroso de la historia
Por otro lado, el este del país se caracteriza por las lluvias que a veces pueden ser torrenciales, como sucede con las grandes danas o gotas frías, como sucedió en septiembre. Lluvias que, por desgracia, no han podido frenar la sequia que sufre el país, otra de las caras del cambio climático. Este año la media de precipitaciones han sido inferiores a lo normal, lo cual no es positivo para las cosechas ni las cuencas hidrológicas.
De hecho, Andalucía lleva desde noviembre en situación "excepcional" de sequía, como la Cuenca del Guadalquivir, frente a lo cual Greenpeace demanda medidas como implantar regímenes de caudales ecológicos científicamente establecidos o garantizar el equilibrio entre la demanda de los recursos realmente disponibles.
Otro de los problemas patentes del cambio climático s la degradación del Mar Menor, que en agosto originó la muerte de toneladas de peces y crustáceos por falta de oxígeno.
La necesidad de proteger el clima ha llevado al Gobierno a aprobar la primera Ley de Cambio Climático, que tiene como fin reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 23 % -sobre 1990- hasta 2030, en línea con la necesidad unánime que los líderes mundiales acordaron en la cumbre mundial del clima (COP26) en Glasgow.
Los Fondos de Recuperación Europeos contribuirán a alcanzar la neutralidad climática para 2050 y a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU por medio de medidas contundentes contra el cambio climático. Asimismo, el Plan Estratégico Salud y Medio Ambiente nace, en palabras del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, para afrontar, desde el punto de vista de la salud humana, "los grandes desafíos ambientales de nuestro tiempo".
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