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El confinamiento ha conseguido cambiar el sentido de la palabra caminar. Ahora que permanecemos en casa, parece misión imposible cumplir con el número de pasos diarios para mantener una salud adecuada.
Ahora, el hecho de andar ya no tiene mucho que ver con una ruta por los parques o las calles de cualquier pueblo o ciudad. Ahora todo se centra en ir de la cocina al salón, de subir las escaleras al primer piso.
Algunos no se fijan en la calorías quemadas ni en los pasos que han conseguido dar durante un día. Otros sí que tiran de sus smartphones y pulseras que monitorean el ejercicio físico y los pasos dados.
Nos fijemos o no, tenemos que caminar aunque estemos en casa
Ahora más que nunca, tenemos que hacer actividad deportiva. Nuestros movimientos se han visto reducidos a levantarnos de la cama y conectarnos en el ordenador durante un montón de horas o ver la televisión estirados en el sofá.
Aunque cocinemos, limpiemos la casa y estemos sin poder salir, tenemos que convertir nuestro hogar en un gimnasio, en nuestro remanso de paz mental y en un método contra la diabetes y demás enfermedades derivadas del sedentarismo.
Y es que caminar, produce unas proteínas en músculos y cerebro. Se conoce a las moléculas como miocinas y neurotrofinas, y han sido campo de estudio en los últimos años por los efectos positivos que tienen en la salud.
Según el neurocientífico Shane O'Mara y su estudio publicado en The Washington Post, estas moléculas actúan como una especie de fertilizante en el crecimiento de las células y la regulación del metabolismo, reduciendo cierto tipo de inflamación.
Además, según este experto, movernos y caminar activa nuestro sentido de la orientación. El sólo hecho de moverse aporta datos a nuestro cerebro, es por eso que aunque nos encontremos en una habitación a oscuras, sabemos cómo encontrar la puerta de salida.
"Experimentos recientes muestran que caminar aumenta la fuerza de las señales percibidas en partes del cerebro relacionadas con la vista y otros sentidos como el tacto" indicaba el autor en el libro In Praise of Walking: A New Scientific Exploration.
Según indica en su libro, caminar ayudar a descubrir cosas de una forma mucho más rápida que si solamente utilizamos el sentido de la vista.
Caminar, dentro o fuera de casa, nos estimula el cerebro
Caminar es considerado como método creativo desde los tiempos remotos de la historia. Ahora que no podemos perdernos entre la muchedumbre, ni por las calles de cualquier lugar, ni por los campos ni montañas, hay que seguir caminando. aunque sea dentro del hogar.
La única meta, es la salud física y mental. Movernos nos ayuda a no subirnos por las paredes ni perder los nervios. Y es que esa paz que nos puede otorgar dar unos pasos al día, nos aumenta el pensamiento creativo.
Y es que investigadores como Marily Oppezzo y Daniel Schwartz de la Universidad de Stanford, en su estudio Dales a tus ideas unas piernas fue una verdadera sorpresa para ellos lo que descubrieron.
Partiendo de que la idea generalizada que tenemos sobre que la inspiración se encuentra en los desconocido se desmontaron, pues según su análisis andar en una cinta de correr, en una habitación pequeña y aburrida también nos despierta la creatividad.
Ahora todo ha cambiado. Pero nosotros poseemos una capacidad para adaptarnos a los entornos cambiantes. No dejemos de movernos, para activar nuestra mente y dedicarle unos momentos de descongestión.
Puede que antes, saliéramos a caminar sin ningún rumbo seguro y quizá ni nuestra mente lograse alimentar esa creatividad. Muchas veces la sobre exposición a los estímulos no resulta tan beneficiosa como nos pensábamos.
Ahora, que algo tan simple como caminar ha cambiado, puede que cuando volvamos a perdernos por las calles, campos y montañas, no lo hagamos de la misma manera que hasta entonces.
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