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El cáncer de páncreas es especialmente conocido por su difícil tratamiento y las pocas opciones de superarlo por completo. De momento en España no existe un registro específico de los pacientes que sufren esta enfermedad. Sin embargo, desde la American Cancer Society, se señala que la tasa de supervivencia en los primero 5 años es de un 44 %, siempre que este esté detectado. A pesar de ello, las cifras se reducen drásticamente si este cáncer se expande por el entorno.
Algunos aspectos como la edad avanzada, el consumo de tabaco, alcohol y en especial la obesidad, son factores de riesgo importantes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad aumenta en un 20 % las posibilidades de llegar a sufrir un cáncer de páncreas. Algo que se incrementa si además se es hombre, ya que la tendencia muestra que ellos son más propensos que las mujeres.
Los síntomas del cáncer de páncreas
Al igual que para la mayoría, un diagnóstico precoz del cáncer de páncreas es esencial para aumentar las posibilidades de supervivencia. Sin embargo, esto se complica debido a que los síntomas principales y más características aparecen en gran medida cuando la enfermedad ya está avanzada, incluso cuando se ha producido la metástasis, momento en el que el cáncer coloniza otras zonas del cuerpo.
Las revisiones adecuadas y un estilo de vida saludable ayudan, pero también es importante estar atento a las señales para empezar el tratamiento adecuado contra el cáncer de páncreas lo antes posible. Estos síntomas se concentran especialmente en las heces. Al tratarse de un cáncer relacionado con el sistema digestivo, debemos estar atentos al cambio de la coloración de nuestras heces. Si estas se muestran grises o mucho más claras de lo habitual, es momento de pasar por la consulta médica.
En este sentido, otros aspectos como la falta de apetito, la nauseas y una reducción drástica de peso, podrían ser indicativos de un posible cáncer de páncreas.
Los picores en la piel
La piel también juega un papel importante en la detección 'temprana' de este tipo de cáncer. El páncreas se encuentra muy cerca del hígado, por lo que éste suele ser uno de los primeros órganos en ser 'contagiados' por el páncreas. De ser así, el paciente empezará a notar cambios en la coloración de su piel debido a la bilirrubina, tornándose en un tono amarillento.
Si bien es cierto que este podría ser síntoma de otras enfermedades hepáticas, como la hepatitis, en cualquier caso ver estos cambios deben llevarnos de inmediato a consulta. Por otra parte, acompañada de esa coloración amarillenta, también pueden aparecer picores en la piel, que podrían estar señalando un cáncer de páncreas. Cuidar de nuestra salud depende de prestar atención a los cambios que vamos viendo, sobre todo si son así de bruscos, para no descuidar las revisiones.
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