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Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá un tumor maligno en algún momento de su vida. Es una carrera de fondo, como el Tour de Francia. Hay etapas de montaña, en llano y pruebas contrarreloj.
A esta 'guerra', donde entran en juego la pericia de los profesionales, el avance imparable de la técnica y la mayor conciencia social sobre la importancia de prevenir, se ha añadido una potente arma. Una revolucionaria máquina que alarga la supervivencia de las mujeres que luchan contra el cáncer de mama con una única sesión de radioterapia de entre 18 y 40 minutos, inmediatamente después de que el tumor sea extirpado y sin salir del quirófano.
Objetivo: que el cáncer sea historia y no vuelva a aparecer jamás
Los equipos actuales que existen en la mayoría de hospitales españoles y andaluces, auténticas moles difíciles de mover y a menudo obsoletos, obligan a las pacientes a someterse a entre 15 y 25 sesiones diarias. Todo son ventajas gracias a la última donación de Amancio Ortega y el equipo del Hospital Reina Sofía de Córdoba.
El centro cuenta con un Comité multidisciplinar en el que están representadas una decena de especialidades que analizan de forma conjunta el tumor de cada mujer. Los avances han permitido que las cirugías sean cada vez más conservadoras y los tratamientos más eficaces.
Todo son ventajas. Para las pacientes que lo han probado, para los profesionales que la utilizan, impresionados por su precisión al aplicarlo sobre el lecho tumoral y por lo manejable que resulta. Ventajas también para el sistema público de sanidad -y, por ende, para los andaluces que lo sostienen con sus impuestos-. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) se ahorra el costoso tratamiento con fármacos.
Cada persona es diferente, igual que lo es cada tumor, por lo que es necesario adaptar todo el proceso
Cuando en una mamografía sale a la luz una lesión y se confirma que una mujer tiene cáncer de mama, comienza un camino en el que pasará por distintos especialistas con el fin de darle la mayor calidad de vida posible y acabar con el cáncer.
Por paradójico que pueda parecer, han surgido voces que desprecian esta donación de Amancio Ortega. No por el artilugio de última generación en sí, sino por su procedencia.
En mi opinión, pese a quien pese, la donación de uno de los hombres más ricos del mundo (según la lista Forbes) ya es una realidad positiva que está salvando la vida de muchas mujeres en Córdoba. Entre 80 y 100 pacientes al año pueden utilizarla al año sólo en este hospital. El primero de los 25 equipos de radioterapia intraoperatoria que van a ir llegando hasta 2020 a los hospitales públicos de Andalucía está funcionando desde hace un mes en el Hospital Universitario Reina Sofía de la capital cordobesa.
Desde el punto de vista médico, gracias a esta donación, se da visibilidad a una técnica de tratamiento contra el cáncer que tiene menos mecenas que el arsenal farmacológico. Aligera costes y hace que los pacientes ganen años de vida. Contribuye a mejorar la supervivencia de quienes luchan contra el cáncer. Con eso se va al garete cualquier crítica.
Para cubrir la parte que está en manos de todos, la clave es escuchar. Tenemos dos orejas y una boca, vamos a utilizarlas en proporción. Para mantenernos positivos o ser optimistas no tiene nada que ver con la curación del cáncer. Se trata de conocer las necesidades de cada persona.
La filantropía del magnate de la industria textil con la sanidad andaluza se cifra en 40 millones de euros, según el convenio que desarrolla el protocolo de intenciones entre la Junta de Andalucía y la Fundación Amancio Ortega suscrito el 19 de mayo de 2016. El propietario de Inditex donará hasta 320 millones a hospitales de toda España.
La Unidad de Oncología Radioterápica del Reina Sofía trata cada año a unas 500 pacientes con cáncer de mama
Esta máquina permite tratar con exactitud la zona donde existe un mayor riesgo de que el cáncer se reproduzca, sin dañar el tejido sano adyacente.
La radioterapia resulta de utilidad en todas las fases del tratamiento del cáncer de mama, aunque en cada paciente, y dependiendo de su tipo y el estadio de la enfermedad, se utiliza en distintos momentos del proceso.
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