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Está claro que la visión que tenemos durante el día no es la misma que por la noche. Se conoce como ceguera nocturna. Este tipo de situaciones se pueden dar por ejemplo conduciendo. La ceguera nocturna consiste en una incapacidad casi total de ver en condiciones de baja iluminación.
¿Cuáles son las causas que provocan la ceguera nocturna?
Una de las causas que está más relacionada con la ceguera nocturna es la retinosis pigmentaria. Esa enfermedad es una enfermedad degenerativa y hereditaria de la retina en la que se produce la muerte progresiva de las células de la retina tipo ‘bastón’, que son las responsables de la visión nocturna y del campo periférico. Así, un día las células dejan de responder ante estímulos lumínicos.
Otra afección hereditaria que produce este síntoma es la llamada ceguera nocturna congénita, un trastorno de la visión en que los bastones no degeneran, pero no funcionan correctamente. Esta disfunción que permanece es la que provoca la ceguera nocturna estable durante toda la vida. Afortunadamente, tanto esta patología como la retinitis pigmentaria son dos enfermedades raras.
La miopía (entre 6 y 8 dioptrías), glaucoma o déficit de vitamina A también pueden causar ceguera nocturna. La última causa se suele dar en pacientes de edad avanzada: las cataratas. Las cataratas se producen por una pérdida de transparencia en el cristalino.
¿Qué pruebas se realizan para demostrar que podríamos tener ceguera nocturna?
Durante el diagnóstico se realizan varias pruebas. En una de ellas, se dilata la pupila, permitiendo entrar el máximo de iluminación disponible. En concreto, la clave es la proteína llamada rodopsina, que es el fotopigmento que usa el bastón para responder a la luz y en cuya composición hay una parte derivada de la vitamina A.
“Este fotopigmento es capaz de percibir estímulos lumínicos muy débiles y, a medida que pasa el tiempo en oscuridad, su capacidad de reaccionar a estímulos luminosos irá mejorando, alcanzando un máximo tras 30 minutos de permanencia en condiciones de baja iluminación”. Aprovechando esa capacidad de los fotorreceptores de adaptarse a la oscuridad, se puede realizar lo que se conoce como “curva de adaptación a la oscuridad”, en la que se representa cómo cambia la luminancia del estímulo detectado en función del tiempo.
Es importante prevenir la ceguera nocturna
El tratamiento de la ceguera nocturna no es nada claro ya que, hay que determinar la enfermedad que lo ha causado. Del resto de las enfermedades mencionadas anteriormente, la única que tiene un tratamiento que pueda resolver completamente el problema es el déficit de vitamina A. La ceguera nocturna se corregirá al administrar los suplementos de esta sustancia y conseguir aumentar sus niveles en sangre hasta la normalidad.
Hay muchos pacientes que se encuentran esperando diagnóstico. Sin embargo, los que tienen daños irreparables en la retina no se pueden tratar al considerarse incurables.
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