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No hace falta tirar de expertos para concluir lo bien que sientan unas buenas vacaciones, ya que, además de pasarlo bien, nos permiten desconectar de la rutina y cargar las pilas antes de un nuevo curso o ciclo laboral. No obstante, un estudio analizó de forma específica el efecto que los días de descanso ejercen para el cerebro y, efectivamente, las noticias son positivas para este órgano tan importante.
Descansar es bueno para el cerebro porque aumenta la flexibilidad cognitiva
Una empresa holandesa realizó un experimento en 2016 en el que participaron 46 trabajadores. Tras varias semanas de vacaciones, los empleados eran capaz de usar más a menudo una serie de objetos provistos por un test (por ejemplo, un martillo). Esto llevó a concluir que el descanso aumentó su flexibilidad cognitiva gracias a la reducción del estrés, culpable de problemas como problemas de sueño, fatiga o problemas de memoria, que empeoran hasta provocar enfermedades si este se convierte en crónico al ser un problema duradero en el tiempo.
Eso sí, para que la reducción del estrés durante las vacaciones sea efectiva, es importante desconectar del trabajo durante el tiempo que duren las mismas. Según un estudio de la empresa bq, 9 de cada 10 españoles (el 93,2 %) no apaga su teléfono móvil, aunque solo el 5,3% asegura que lo hace por si su puesto de trabajo requiere su atención. Evitar estreses como agobiarse ante colas o sucumbir ante conflictos familiares durante los días de desconexión también es clave.
La paciencia, un aliado antes de irse a la playa
Ya el mero hecho de saber que las vacaciones están al llegar genera en el cuerpo alegría y bienestar. Esto provoca la producción de dopamina, que otorga sensación de placer y que se produce en las neuronas de unas zonas del cerebro denominada Sustancia Negra y Área Tegmental Ventral, capaces de albergar entre 400.000 y 600.000 neuronas.
Las novedades y las recompensas que uno experimenta durante el verano también aumentan la secreción de dopamina y por tanto mejorarán el nivel de disfrute de las vacaciones. Así que, bienvenidas sean las paellas y las excursiones a museos, playas y monumentos.
El estrés crónico citado anteriormente es capaz incluso de modificar el número de receptores de dopamina en los lugares del cerebro que reciben sus proyecciones, lo que puede desembocar en comportamientos depresivos. Es, por tanto, primordial que las vacaciones nos ayuden a liberarnos del estrés lo máximo posible, con el fin de echar una mano al sistema dopaminérgico.
Un 20 % más de estrés
Según un estudio publicado en la revista American Psychologist, las personas de entre 45 y 64 años tienen casi un 20 % más estrés que hace dos décadas. Son ya numerosos los informes que alertan de los efectos que está teniendo la pandemia en la salud física y mental y emocional, así como las ventajas y las contras del teletrabajo. Los efectos a los que está sometiendo el Covid a la población deberían servirnos como lección y ayudarnos a mejorar nuestra salud a corto y a largo plazo.
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