Los 57, los 70 y los 78, edades críticas para el envejecimiento de nuestro cerebro

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05/02/2025 - 15:30
Envejecimiento cerebral

Lectura fácil

Nuestro cerebro alcanza puntos críticos de envejecimiento a esas edades. Lo asegura un estudio publicado en Nature Aging, que ha identificado los biomarcadores responsables, de este deterioro, lo que facilita el desarrollo de intervenciones personalizadas para prevenir o retrasar enfermedades neurodegenerativas, mejorando la calidad de vida en la población envejecida.

Proteínas que influyen en nuestra actividad mental

Tras recoger muestras de plasma sanguíneo de 11.000 adultos sanos a los que también se realizaron pruebas de diagnóstico por imagen, la investigación, liderada por la universidad china de Zhengzhou, identifica a varias proteínas responsables de que la actividad mental vaya mermándose con la edad.

Entre ellas se encuentran, explica desde Neolife Alfonso Galán, la Brevican (BCAN) y el factor de diferenciación del crecimiento 15 (GDF15). La BCAN es una proteína del sistema nervioso central implicada en la formación y estabilidad de las sinapsis, esenciales para la comunicación neuronal.

Por otro lado, el GDF15 es una citoquina involucrada en procesos de inflamación y respuesta al estrés celular. Estas proteínas actúan como biomarcadores (indicadores medibles de algún proceso biológico, patológico o de respuesta a una intervención terapéutica en el cuerpo humano) permitiendo una detección más temprana y precisa de los cambios neurodegenerativos relacionados con la edad y el cerebro.

Para este especialista en medicina antiage, es importante destacar que estas y otras proteínas implicadas inciden de distinta manera a nuestro cerebro y, según el estudio, muestran progresiones no lineales de afectación. Su impacto significativo en los 57, los 70 y los 78 años, aclara, “puede estar influenciado por factores genéticos, hormonales, ambientales y de estilo de vida que se acumulan y manifiestan en estas edades específicas”.

Así, las proteínas en el pico de los 57 años están principalmente asociadas con la inmunidad adaptativa, como el recuento de linfocitos, y con el metabolismo, con pérdidas cognitivas, de movimiento e ictus a los 70, y con fragilidad neuronal en torno a los 78. 

Identificación e importancia de “las arrugas del cerebro

La identificación de estas etapas permite focalizar esfuerzos preventivos y terapéuticos en momentos clave para mitigar el deterioro cognitivo, y aunque no es posible revertir completamente el envejecimiento del cerebro, ciertas pautas médicas pueden ralentizar su progresión.

Intervenciones como el control de factores de riesgo cardiovascular, terapias cognitivas y modificaciones en el estilo de vida pueden mejorar la función cognitiva y la calidad de vida en individuos mayores.

En las consultas, se aconseja realizar evaluaciones cognitivas periódicas, especialmente en individuos con factores de riesgo. Además, el manejo adecuado de enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes es crucial para mantener la salud cerebral.

Para el día a día, desde Neolife recuerdan la importancia de las siguientes pautas para frenar “las arrugas del cerebro”:

  • Actividad física regular: El ejercicio mejora la circulación sanguínea cerebral y promueve la neurogénesis.
  • Dieta equilibrada: Consumir alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3 y vitaminas esenciales. La dieta mediterránea, no adulterada, parece ser la más adecuada para este fin.
  • Estimulación mental: Participar en actividades que desafíen el cerebro, como leer, resolver puzles o aprender nuevas habilidades.
  • Interacción social: Mantener relaciones sociales activas es muy importante.
  • Gestión del estrés: Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga.
  • Sueño adecuado: Asegurar un descanso nocturno de calidad, durmiendo al menos 7 horas por noche.

En nuestro país, según datos recientemente publicados por el SID, Servicio de información sobre discapacidad, 1.150.000 personas en España viven afectadas por patologías neurodegenerativas.  El Alzheimer (800.000) y el Parkinson (150.000) son las de mayor prevalencia, pero también hay un importante número de afectados por esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, demencia con Cuerpos de Lewy o enfermedad de Huntington, entre otras demencias.

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