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Las personas que residen cerca de aeropuertos y están expuestas a elevados niveles de ruido generado por aviones podrían enfrentar un mayor riesgo de problemas cardíacos, lo que incrementa la posibilidad de padecer ataques al corazón, arritmias potencialmente graves y accidentes cerebrovasculares.
Esta es la conclusión principal de un reciente estudio realizado por investigadores del University College de Londres (Reino Unido), publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology.
El ruido aéreo cerca de aeropuertos afecta la salud cardíaca
Los investigadores examinaron imágenes detalladas del corazón de 3.635 personas que vivían en las proximidades de cuatro aeropuertos principales en Inglaterra.
En este análisis, compararon las características cardíacas de los individuos expuestos a altos niveles de ruido aéreo cerca de los aeropuertos con aquellos que vivían en zonas más tranquilas.
El estudio reveló que quienes residían en áreas cercanas a aeropuertos con niveles de ruido de aviones superiores a los recomendados tenían músculos cardíacos más gruesos y rígidos, con menor capacidad para contraerse y expandirse. Esto hacía que sus corazones fueran menos eficientes al bombear sangre a través del cuerpo.
Esto es especialmente relevante para quienes están expuestos a mayores niveles de ruido de aviones durante la noche, posiblemente debido a la interrupción del sueño y al hecho de que las personas suelen estar en casa en esas horas.
Asimismo, los investigadores identificaron que estas alteraciones cardíacas podrían incrementar entre dos y cuatro veces el riesgo de sufrir un evento cardiovascular grave, como un ataque al corazón, arritmias peligrosas o un accidente cerebrovascular, en comparación con quienes no presentan estas anomalías.
El sueño
Anna Hansell, investigadora de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, comentó que “Nos preocupa que las anomalías que hemos identificado en relación con el ruido nocturno de los aviones puedan aumentar el riesgo de problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Hay estudios que demuestran que este ruido afecta la calidad del sueño, lo que podría ser un factor clave para la salud”.
“Actualmente se está explorando cómo el ruido influye en la salud del corazón. Sin embargo, existen diversas formas de protegerlo, como seguir una dieta equilibrada, mantener una actividad física regular, controlar el peso, evitar el tabaquismo, moderar el consumo de alcohol, y manejar adecuadamente condiciones como la hipertensión y la diabetes. También es importante tomar los medicamentos prescritos, incluidos los que reducen el colesterol”, añadió.
El ruido generado por los aviones puede ser más perturbador que el de carreteras o trenes, ya que suele ser más fuerte, intermitente y menos predecible, lo que dificulta que las personas se acostumbren.
Los niveles de decibelios
En este estudio, los investigadores analizaron datos del Biobanco del Reino Unido, con la participación de 3.635 personas que habían realizado resonancias magnéticas detalladas del corazón y vivían cerca de los aeropuertos de Heathrow, Gatwick, Birmingham o Manchester.
Se usaron estimaciones de la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido sobre los niveles de ruido por cada 100 metros cuadrados en estas zonas. Se definió como alto un nivel de ruido superior a 50 decibelios en promedio durante el día y a 45 decibelios de media por la noche (de 23:00 a 7:00).
Estos valores superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece 45 decibelios en promedio diurno y 40 decibelios durante la noche.
En estas áreas, el 8 % de los participantes vivía en zonas con alto ruido diurno, y el 3 % en áreas con ruido nocturno elevado. Las resonancias cardíacas se realizaron al menos tres años después de las mediciones de ruido en las zonas residenciales.
La exposición al ruido de aviones aumenta el deterioro cardíaco
Los resultados mostraron que quienes residían en áreas cercanas a aeropuertos con mayor exposición al ruido de aviones presentaban una estructura y función cardíaca entre un 10 % y un 20 % más deteriorada que aquellos que no estaban expuestos a estos niveles de ruido.
Posteriormente, se examinó una muestra independiente de 21.360 personas, que también habían realizado resonancias cardíacas detalladas, para evaluar cómo las anomalías cardíacas relacionadas con el ruido podrían influir en el riesgo de un evento cardiovascular importante.
El análisis concluyó que una persona con estas anomalías cardíacas podría tener hasta cuatro veces más probabilidades de experimentar un ataque al corazón, arritmia o accidente cerebrovascular.
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