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Los chimpancés cuentan con adaptaciones genéticas que les permiten prosperar en los hábitats de bosque y sabana, algunas de las cuales podrían protegerlos contra la malaria. Esta es la conclusión principal de un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores de University College London (Reino Unido), publicado este jueves en la revista Science.
Los chimpancés son clave para la investigación de la malaria
Considerados los parientes más cercanos de los seres humanos, los chimpancés comparten con nosotros más del 98 % de su ADN. Los investigadores del estudio señalan que este hallazgo podría aportar valiosos conocimientos sobre la historia evolutiva humana y la biología de la malaria en los humanos.
Por otro lado, los chimpancés enfrentan serias amenazas debido a la destrucción de su hábitat, la caza furtiva y las enfermedades infecciosas. Los resultados del estudio también ofrecen información relevante para la conservación, ya que sugieren que el cambio climático y el uso de la tierra tendrán efectos distintos sobre los diversos grupos de chimpancés.
“Solo quedan unos pocos cientos de miles de chimpancés, distribuidos en paisajes muy diversos, que van desde el este de África hasta el extremo occidental del continente, abarcando selvas tropicales densas y áreas abiertas de bosques y sabanas. Esto los hace únicos, ya que, a excepción de los humanos, todos los demás simios habitan exclusivamente en bosques”, explica Aida Andrés, del Instituto de Genética de University College London.
Andrés añade que “hemos demostrado que, además de desarrollar adaptaciones conductuales, diferentes poblaciones de chimpancés han experimentado variaciones genéticas para sobrevivir en sus respectivos hábitats locales”.
“Dado que los chimpancés enfrentan amenazas a lo largo de su área de distribución, incluidos los cambios ambientales y los desplazamientos causados por presiones humanas, es crucial conservar su diversidad genética para preservar su resiliencia y asegurar su supervivencia a largo plazo como especie inteligente y fascinante”, concluye.
Los ADN de los chimpancés
Para investigar la adaptación genética, un equipo internacional de científicos, provenientes de instituciones en África, Europa y América del Norte, necesitaba obtener ADN de chimpancés salvajes, que están en peligro de extinción y son extremadamente evasivos, sin interferir en su hábitat.
Para ello, recurrieron a muestras fecales que fueron recolectadas como parte del Programa Panafricano: El Chimpancé Cultivado (PanAf).
Gracias al uso de tecnologías avanzadas tanto informáticas como de laboratorio, los investigadores pudieron analizar el ADN presente en estas muestras, llevando a cabo el estudio más extenso sobre adaptación local en mamíferos salvajes en peligro de extinción realizado hasta ahora.
La relación con el entorno y patógenos
El equipo examinó los exomas (la región del genoma que codifica proteínas) de 828 chimpancés salvajes, de los cuales 388 fueron incluidos en el análisis final, representando 30 poblaciones de las cuatro subespecies de chimpancés a través de su distribución geográfica y ecológica.
Los científicos compararon la información genética con datos sobre los entornos locales donde habitan estas poblaciones de chimpancés, identificando variantes genéticas que eran significativamente más comunes en determinadas áreas y que podrían ofrecer ventajas a los individuos que las portan en hábitats específicos.
Se encontraron evidencias de adaptación genética en genes relacionados con patógenos (microorganismos causantes de enfermedades) entre los chimpancés que habitan en bosques, regiones con una alta concentración de virus, siendo la evidencia más notable en genes vinculados a la malaria.
Entre los genes hallados se encuentran dos que también están relacionados con la adaptación y resistencia a la malaria en los humanos: GYPA y HBB, este último responsable de la anemia de células falciformes en los seres humanos.
Enfermedad relevante
Los resultados sugieren que la malaria podría ser una enfermedad significativa para los chimpancés salvajes de los bosques y que la adaptación al parásito se ha dado, de manera independiente, a través de cambios en los mismos genes tanto en estos animales como en humanos.
"Las similitudes genéticas entre los grandes simios han permitido que enfermedades como la malaria y el VIH/sida se transmitan de los simios a los humanos, por lo que estudiar a los chimpancés salvajes es sumamente valioso para comprender estas y otras enfermedades infecciosas comunes en los seres humanos, y podría ser útil para desarrollar nuevos tratamientos o vacunas", explica Harrison Ostridge, del Instituto de Genética del University College de Londres.
El estudio también sugiere que los chimpancés se han adaptado a los hábitats de sabana, caracterizados por temperaturas más altas, menos lluvias y menor disponibilidad de alimentos.
Este hallazgo pone de relieve cómo el estudio de los chimpancés de sabana podría proporcionar información crucial sobre cómo los antepasados humanos se adaptaron a hábitats similares hace millones de años, cuando hicieron la transición de la selva africana a la sabana.
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