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Las recientes elecciones del pasado 28 de mayo han servido como un más que útil termómetro para medir la situación actual del país. Los resultados ampliamente polarizados entre grandes perdedores y grandes ganadores, muestras las dirección de las tendencias hacia los modelos bipartidistas de siempre, cebándose con algunos partidos de centro y con menos años a las espaldas como el caso de los naranjas Ciudadanos, que dan sus últimas bocanadas de aire.
Las elecciones municipales y autonómicas han eliminado prácticamente de todas sus administraciones el color naranja y esto ha hecho que muchas voces dentro de Ciudadanos hayan decidido agachar la cabeza, reconocer la derrota fragrante que ya se iba cocinando en elecciones anteriores y renunciar a las elecciones generales. De hecho, Inés Arrimadas ha sido el segundo cadáver político que ha dejado tras de sí los resultados del partido en unas elecciones, la primera fue de Albert Rivera, uno de los fundadores.
Ciudadanos al borde del abismo político
Hay quieres consideran que Ciudadanos lleva mirando el borde del abismo en el que se ha colocado, con un pie dentro prácticamente, desde hace algún tiempo ya. Sin embargo, hay otros que no creen que todo este perdido e instan a continuar con el camino de la política, como el actual portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal.
De hecho, este miércoles, Bal fue entrevistado en RTVE y arengó a sus compañeros de partido a seguir remando, señalando enérgicamente que un partido político que no se presenta a las elecciones “más importantes a las que se puede uno presentar”, las generales, “no sirve para nada”, es “un partido inviable” y aseguró que la dirección de su formación “tiene que dimitir en bloque”.
Un mensaje que lanzó en respuesta a la idea de que Ciudadanos se abstenga de presentarse a las elecciones generales convocadas recientemente por el presidente Pedro Sánchez, para sorpresa de la gran mayoría. Para Bal no presentarse supondría dejar “a 300.000 votantes huérfanos”. “Entre ellos yo mismo, mi partido me ha dejado huérfano, no tengo a quien votar, no voy a votar al PP ni al PSOE, quiero votar una opción de centro”, remarcó.
Los "cobardes"
El portavoz no se da por vencido a la debacle de Ciudadanos y tilda de "cobardes" a algunos miembros que "están dirigiendo este partido” que “ahora han decidido guardarse el dinero que hay en la caja para poder hacerse una campaña después en las elecciones europeas”. “No hay que tirar la toalla antes de disputar el partido”, subrayó.
“Estoy muy enfadado y no me voy a callar”, algo que se notó claramente no solo en sus acusaciones sino también en el tono. Ciudadanos pega así sus últimas bocanadas de aire y Bal asegura que no va a "tirar la toalla de ninguna manera". Quizá se trate más bien de una decisión más testaruda que acertada.
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