Este es el combustible que utiliza un cohete espacial

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09/11/2024 - 18:00
Combustible para cohetes

Lectura fácil

A lo largo de la historia, los seres humanos hemos mirado al cielo con el deseo de explorar más allá de nuestro mundo. Las estrellas representan ese impulso por descubrir lo desconocido. Este deseo ha impulsado avances que antes parecían imposibles, gracias en gran parte a los cohetes espaciales.

Desde las ideas pioneras de Tsiolkovsky hasta los históricos lanzamientos del Saturno V, los cohetes han sido nuestro medio para conectar la Tierra con el cosmos. Ciencia y ambición han hecho posible esas imágenes icónicas de despegues en Cabo Cañaveral, pero surgen preguntas: ¿cómo funcionan y qué combustible los impulsa?

El deseo de explorar el cielo desconocido

Con el paso de los años, los humanos hemos mirado al cielo con el deseo de explorar lo desconocido. Los cohetes espaciales han sido clave para hacer realidad ese sueño, permitiéndonos ir más allá de la Tierra. Desde las teorías de Tsiolkovsky hasta el Saturno V, estas máquinas han sido fundamentales para la exploración espacial.

El combustible que impulsa un cohete es crucial para vencer la gravedad y llegar al espacio. Siguiendo la Tercera Ley de Newton, los gases expulsados hacia atrás empujan el cohete hacia adelante. Como en el espacio no hay oxígeno, los cohetes deben llevar tanto el combustible como el oxidante.

El combustible sólido, usado en los transbordadores espaciales, es una opción simple y efectiva para el despegue. Sin embargo, su principal limitación es la falta de control: una vez encendido, no puede detenerse, lo que lo hace menos adecuado para maniobras precisas.

¿Qué combustible utiliza un cohete espacial?

En la actualidad, los cohetes de combustible sólido han sido superados por los que van con líquido, una tecnología más avanzada que permite un mayor control sobre la combustión.

En estos cohetes, el combustible y el oxidante se almacenan por separado y se combinan justo antes de entrar en la cámara de combustión, lo que permite ajustar el flujo y apagar o encender los motores según sea necesario.

El oxígeno líquido (LOX) y el hidrógeno líquido (LH2) son los combustibles líquidos más comunes, utilizados en cohetes como el transbordador espacial y el Saturno V. Su ventaja radica en la gran cantidad de energía que generan y en que su único subproducto es vapor de agua. Sin embargo, mantener estos componentes a temperaturas extremadamente bajas (LOX a -183°C y LH2 a -253°C) representa un gran desafío técnico.

Por otro lado, SpaceX, con su Falcon 9, ha optado por el RP-1, un tipo de queroseno combinado con oxígeno líquido. Aunque no es tan eficiente como el hidrógeno, es más fácil de almacenar y manejar, lo que ha permitido reducir significativamente los costos de los lanzamientos, gracias también a la reutilización de sus cohetes.

Los combustibles sólidos y líquidos siguen siendo esenciales en la fase de despegue, la exploración espacial avanza hacia nuevas tecnologías como la propulsión iónica. Estos motores, que aceleran iones mediante campos eléctricos, son mucho más eficientes para misiones de larga duración, aunque generan menos impulso. La NASA y la Agencia Espacial Europea ya han experimentado con esta tecnología en misiones como la sonda Dawn, que exploró los asteroides Vesta y Ceres.

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