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Resulta un tanto banal hablar de competición no sólo antes de junio sino con un efecto inmediato. En España, mucho más. Estos días hemos conocido el aplazamiento de los Juegos Olímpicos, y hace unos días el acuerdo entre la Real Federación Española de Fútbol y LaLiga de parar tanto las competiciones profesionales, dado que las competiciones amateur ya estaban paradas.
Ahora mismo aventurar que en mayo o incluso a finales de junio se va a poder jugar aparte de ser un ejercicio de irresponsabilidad por parte de Federación y Liga, sería un acto de imbecilidad absoluto.
Lo más sensato sería programar la próxima temporada
Algunos dirán que se pueden ver las costuras de alguien si se dice que esta Liga a finales de junio no se puede jugar ya. Empezar a jugar en junio llenando estadios y demás supondría que los deportistas deberían tener al menos como mínimo dos semanas de preparación física. Si, dejemos de engañarnos ya, cualquier deportista de cualquier deporte está entrenando en casa, de acuerdo.
Pero todos los deportistas saben que no están entrenando con la misma intensidad que si sus entrenadores o preparadores físicos les estuvieran apretando las tuercas, ya sea en una sesión física, bajo contactos de balón en un campo de fútbol o pivotando en una cancha de baloncesto.
Ahora, a 31 de marzo, hay tiempo de programar no sólo las competiciones de fútbol, sino baloncesto e incluso reprogramar los calendarios de las competiciones que ya han dado por concluida la temporada como el voleibol. El voleibol fue el primer deporte profesional que dejó de competir. La Real Federación Española de Voleibol (RFEVB) fue la primera en ver las orejas al lobo y con dos jornadas para el final suspendió la competición. Esta edición no tendrá campeón ni equipos descendidos y eso debería pasar en todas las competiciones.
El segundo problema se basa en los contratos
El segundo se trata de los contratos de los jugadores. Otro de los deportes que momentáneamente ha suspendido su actividad sin saber cuándo volverá es el balonmano. Cómo han declarado varios directivos de ASOBAL, si la competición continúa más allá del mes de mayo, que ahora sería lo más probable, a algunos clubes podría costarle entre 30.000-40.000 como declararon desde el Liberbank Cantabria Sinfín hasta los 60.000-70.000 que declararon desde el ABANCA Ademar León, subcampeón de la pasada Liga ASOBAL. En fútbol, los contratos vencen el 30 de junio.
Los horarios y las olas de calor
Si la Liga de fútbol se comienza a jugar en mayo – finales de junio como pretenden algunos, la mayoría de las plantillas se verían rotas, ya que hay plantillas confeccionadas a base de cesiones de otros clubes. Las cesiones son préstamos que normalmente duran una temporada (julio – junio del año siguiente).
Si la competición se reanuda en el mes en el que comienza el verano, al problema de la extinción de algunos contratos, se suma el calor. Bendito problema pensarán algunos. La Liga trata de poner unos horarios para jugar que para espectador y jugador sean favorables, puesto que no es lo mismo ver un partido por la tarde con el sol en acción en Sevilla que en Valencia. Hay que tratar de extremar las precauciones cuando se trata del calor.
A ello se suma otra dificultad, LaLiga y el la Asociación de Futbolistas, la AFE, quieren jugar las últimas dos jornadas con cuarenta y ocho horas de diferencia. La única conclusión que saco de todo esto es que lo mejor que podría haber pasado es que el Consejo Superior de Deportes hubiera decretado una suspensión no hasta nueva orden, sino una suspensión de la temporada en todos los deportes.
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