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La contaminación lumínica es un término que engloba el estado del cielo y su influencia en el mismo de la iluminación artificial. Por lo tanto, se trata de la contaminación que producen las emisiones de luz que provienen de fuentes artificiales que presentan una alta intensidad.
Lo podemos distinguir porque es el brillo que se ve en los cielos de noche, a causa de luz artificial ineficiente, que en vez de mandar la luz al suelo, al emite al cielo.
Esto supone un grave problema, no solo en lo que respecta al gasto energético innecesario de por si, sino para la salud de todos los seres vivos del planeta.
¿De dónde sale y cómo se crea la contaminación lumínica?
Ya tenemos claro que la contaminación lumínica es la luz artificial dirigida hacia el cielo, pero ¿cuáles son las causas de su aparición?
- Farolas y luces que cuentan con un mal diseño y que emiten la luz hacia el cielo, como las farolas tipo globo o las farolas que no están bien protegidas o que no cuentan con una pantalla.
- Exceso de potencia en las luces artificiales.
- Existencia de horarios poco eficientes de la iluminación artificial.
Debemos de tener claro que existe la buena iluminación, y esa es aquella que es eficiente, y la que enfoca su energía hacia el suelo y hacia los lados.
Este tipo de iluminación no da lugar a deslumbramientos y es uniforme. Por el lado contrario, nos encontramos con la contaminación lumínica, que recibe ese calificativo porque no contempla la eficiencia, y dirige dicha luz al lado contrario, provocando deslumbramientos.
Pero no todo va a ser malo, pues hay soluciones que se pueden aplicar con la finalidad de poder poner fin y solución a la grave problemática que causa la contaminación lumínica.
Algunas medidas altamente necesarias
- Solo se debería dar luz a zonas y áreas que realmente lo necesites, de arriba hacia abajo, sin permitir que la luz se disperse
- Se puede dar la sustitución de lámparas de mercurio por las de sodio, pues las segundas emiten una luz más anaranjada y contaminan y consumen menos.
- La iluminación de monumentos, fachadas de edificios y carteles publicitarios debe ser responsable, por lo que seria ideal que se mantuvieran alumbrados por una hora y no constantemente.
- Farolas y luces que posean pantallas para evitar que la luz vaya hacia arriba
- Situar las farolas en lugares donde no tengan obstáculos y su luz ilumine correctamente las calles, carreteras y calzadas.
- Utilizar sensores de movimiento, de tal manera que las farolas sólo se enciendan cuando hay viandantes y no estén encendidas continuamente.
- Respetar las recomendaciones internacionales respecto a los niveles de iluminación adecuados.
- Prohibir fuentes de iluminación como cañones de luz o láseres que envíen directamente luz al cielo.
- Aprobar legislaciones autonómicas que regulen la iluminación para prevenir este tipo de contaminación, teniendo en cuenta la eficiencia y el ahorro energético.
Este problema afecta a todo el mundo, pero centrándonos en nuestro país, tenemos la mala noticia de que España ocupa el tercer puesto de la lista de los países europeos con mayor producción de contaminación lumínica, nos superan Grecia y Malta.
La contaminación lumínica tiene mucha presencia en Europa, ya que las grandes ciudades cuentan con índices muy elevados, y pueden darse zonas que concentran niveles tan altos como lo que pueden presentar Madrid o sus alrededores.
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