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La organización ambiental SEO/BirdLife ha colocado contenedores de madera donde depositar objetos arrastrados por las mareas en playas de Cantabria y País Vasco, una medida que también se ha puesto en marcha en Cádiz.
Esta iniciativa se enmarca en el proyecto LIFE ‘Saving SeaBirds from marine Litter’ (SeaBiL), que supone ubicar y gestionar contenedores de madera de un metro de alto por uno de lado y con tapa abatible para depositar objetos grandes y pequeños que llegan a las playas gracias a las mareas.
Los pélets no se podrán depositar en los contenedores ubicados en las playas
La llegada de pélets a las costas gallegas y cantábricas por la pérdida de mercancía del buque Toconao se enmarcan en un problema ambiental que amenaza los ecosistemas marinos.
Según Naciones Unidas, el plástico representa el 85 % de los residuos que llegan a los océanos y advierte: “Para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas”.
SEO/BirdLife ha instalado contenedores de madera en las playas de Ris y Tregandín, en Noja (Cantabria) y en pleno Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, así como en la playa de Laida, en Ibarrangelu (Vizcaya), ubicada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Igualmente, también se ha puesto en marcha en las playas del Arco y el Embarcadero, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y a cargo de la Universidad de Cádiz, socia del proyecto LIFE.
SEO/BirdLife precisó que los pélets de plástico no pueden depositarse en esos contenedores, sino llevarse a un gestor autorizado de residuos en coordinación con las administraciones locales.
“El objetivo es que cualquier persona usuaria del arenal que quiera colaborar en mantenerlo limpio, tenga un lugar donde poder depositar los objetos que hayan sido arrastrados por la marea hasta la playa”, indicó este martes en un comunicado Ludovico de Vega, técnico de SEO/BirdLife en Cantabria.
De Vega añadió: “Normalmente son restos de cuerdas, redes y elementos de plástico en sus diferentes formas y tamaños. Aunque también pueden aparecer objetos más inverosímiles como neumáticos o electrodomésticos”.
Los contenedores no se instalan de manera permanente en las playas, sino entre octubre y marzo, periodo en el que se produce la mayor parte de los temporales en el océano y cuando más ‘basuraleza’ aparece en las playas.
Además, se evitan así los periodos de máxima afluencia de turismo, cuando las playas suelen limpiarse de forma mecánica y es más probable que se haga un mal uso de ellos, al depositarse en su interior cualquier residuo que no haya sido arrastrado por la marea, según SEO/BirdLife.
El objetivo es recoger basura y saber qué tipo de contaminantes aparecen más en las playas
Este tipo de infraestructuras son solo para depositar basura y/o elementos no naturales que el mar arrastre y deposite en la playa. “Conviene recalcarlo, ya que la pasada temporada gran parte de los residuos acumulados en los contendores fueron basura ‘ordinaria’ no arrastrada por la marea”, subrayó De Vega.
De los 163 kilos de basura recogida en los sitios piloto en los que trabaja SEO/BirdLife, 70 fueron de basura marina y los 93 restantes, de basura ordinaria. “Este hecho no hace más que entorpecer las labores de gestión y manejo de los contenedores, así como el buen desarrollo del proyecto”, indicó De Vega.
El contenido de los contenedores se revisa cada dos semanas para hacer una caracterización y obtener información sobre qué tipo de basura es la que más comúnmente aparece en las playas y tratar, así, de establecer su origen.
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